Los tomareños Salvi y René celebran un gol. Foto: Rodríguez Aparicio.
La Primera Provincial Juvenil cerró el domingo 2013 con cien historias y un pelotón de aspirantes al anhelado ascenso a Preferente. En el grupo I, la auténtica revelación ha sido un entrenador con una historia digna de un cortometraje de un festival veraniego. Juan Luis Toledo, de 30 años, forjó una carrera de trotamundos en Baleares, una tierra de sol y sal en la que, aún en edad juvenil, firmó su primer contrato profesional con el Santa Ponsa, entonces en Tercera División. RCD Mallorca, en cuyo filial alcanzó el rol de titularísimo, y Burjassot fueron sus últimos destinos antes de aterrizar en Alcalá de Guadaíra, una ciudad en la que triunfó gracias al ascenso a Segunda B con el CD. Sólo una grave lesión de rodilla paralizó la progresión de un prodigio técnico que maravilló a los profesores del curso de entrenadores.
Y es en las filas del modestísimo Mosquito, uno de los favoritos del grupo I junto a Alcalá, Andalucía Este, Nervión o Centro Histórico, donde sueña con repetir en el banquillo sus hazañas de futbolista. Es en Malasmañanas donde se afana en emular a Carlos Ríos. A las órdenes de un plantel de cine en el que brillan Soriano, uno de los mejores centrales del pellejo provincial ahora reciclado en el lateral zurdo, y Carlos Morillo, aquel pichichi del CD Alcalá que ascendió a Preferente Cadete en 2012. Y en el grupo II es en el que ha firmado números de campeona la UD Tomares de Juanmi Pérez. Salvi, autor de 27 dianas en juveniles y 5 en el sénior, de Regional Preferente, ha sido el líder espiritual de una escuadra en la que han adquirido el rol de decisivos jugadores de la talla del camero Tejado, René, ex del Nueva Sevilla, y dos de los mejores guardametas del torneo, Carlos y Juanfran. Y los cerrojos auténticos de la Liga son los dos arqueros del Diez Sanlúcar, Deivid y Richi, que sólo han encajado 14 goles en 14 encuentros.
