Cultura

Del Toro se pasa a la literatura vampírica con 'Nocturna'

El cineasta mexicano Guillermo del Toro, cuya cabeza alberga un tesoro de fantasía infinita, se ha pasado a la literatura para escribir Nocturna, una fábula de vampiros en el siglo XXI, en la que a ritmo trepidante reflexiona sobre el miedo, en un Nueva York invadido por una plaga de "no muertos".

el 16 sep 2009 / 03:55 h.

El cineasta mexicano Guillermo del Toro, cuya cabeza alberga un tesoro de fantasía infinita, se ha pasado a la literatura para escribir Nocturna, una fábula de vampiros en el siglo XXI, en la que a ritmo trepidante reflexiona sobre el miedo, en un Nueva York invadido por una plaga de "no muertos".

"La gente hoy tiene mucho miedo a la imperfección, que es una cosa trágica, una tragedia total, porque hay que ser realista con lo que tenemos, con lo que vivimos; se quiere evitar el dolor, el trabajo y se sueña con la fama. Pero a mi me gusta la vida con verrugas y todo. No somos perfectos y el monstruo, el vampiro, es la imperfección encarnada, por eso se tiene tanto miedo al monstruo", explica Guillermo del Toro a Efe.

El realizador del Hellboy, El laberinto del Fauno o El espinazo del diablo ha dejado díez días Nueva Zelanda, donde se ha instalado por tres años para realizar, según dice, su proyecto "más ambicioso", la adaptación cinematográfica de El Hobbit, de Tolkien, para conceder en Londres algunas entrevistas y poder hablar de Nocturna, editado en España y Latinoamérica por SUMA de Letras.

Un primer volumen de una trilogía escrita en colaboración con Chuck Hogan, un gran autor de best seller como El príncipe de los ladrones. "Ha sido fascinante escribir con Hogan -aclara-, hemos colaborado durante más de cuatro años en los tres volúmenes y me gustaría seguir escribiendo con él, aunque también quiero hacer proyectos literarios en solitario, porque la literatura te da mucha más libertad que el cine", precisa.

Una libertad que se traduce para Guillermo del Toro (Jalisco, México, 1964) en poder escribir toda clase de escenas sin tener que dar explicaciones o "tener miedo a la clasificación por la censura, la taquilla o al espectador horrorizado que se sale de la sala".

Y es que en Nocturna el lector tiene que estar preparado para concebir todo lo aparentemente inexplicable y ver no a vampiros aristocráticos, seductores y elegantes con afilados colmillos y capa negra con forro de terciopelo rojo, y que luego se convierten en murciélagos, sino a seres poderosos, no muertos, que quieren regresar e invadir la tierra con "infectados" con mucha sed de sangre.

"No me interesa el vampiro romántico, sino el pobrediablesco, el parásito aterrador, como un yonqui con mono de sangre", dijo.

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