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Denuncias en saco roto

El sentimiento de culpa y la falta de apoyo psicológico lleva a las maltratadas a recular ante la justicia

el 07 sep 2012 / 19:57 h.

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Las denuncias se acumulan en un juzgado de violencia de género en Sevilla.

Cinco muertas en Andalucía en lo que va de año a manos de su pareja o expareja. Ninguna de ellas había denunciado a su maltratador. El año pasado la cifra ascendía a diez y se repetía el dato. Es un patrón común. La inmensa mayoría de las mujeres asesinadas en casos de violencia machista no tenían un proceso judicial abierto contra su agresor. Las que habían dado el paso habían acabado por retirar esa denuncia, poniéndose así en una situación de máximo peligro.

¿Por qué? ¿Que lleva a una mujer diariamente vejada y maltratada por su pareja a retirar su denuncia cuando lo difícil es dar ese paso? Esa es la pregunta que contesta un estudio pionero dirigido por la profesora de la Universidad de Psicología, María Jesús Cala, y sufragado por el Instituto Andaluz de la Mujer. Son muchos los factores que influyen pero hay cuatro que se repiten: el sentimiento de culpa, el deseo de volver con el agresor, la falta de apoyo psicológico o el asesoramiento legal que tenga la víctima son determinantes. En definitiva, depende, y mucho, de lo machacada psicológicamente que esté la mujer y de si tiene ayuda o no. La mitad de las que retiran su denuncia (el 51%) no tienen apoyo psicológico.

Los porcentajes indican que aproximadamente un 13% de las víctimas que se deciden a denunciar acaban por recular cuando se abre un proceso judicial. En Andalucía, los datos que sirven para el estudio hablan de 6.390 denuncias en un trimestre. 831 se retiraron. "Cuando la mujer retira la denuncia pasa a una situación de mayor vulnerabilidad, pone en riesgo su vida", advirtió la consejera de la Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, que presentó ayer el informe. En España el porcentaje es similar (13%).

El libro La renuncia a continuar con el procedimiento judicial en mujeres víctimas de violencia de género: un estudio en la Comunidad Autónoma andaluza, es fruto de más de 800 cuestionarios a mujeres que han sufrido violencia de género junto a entrevistas a profesionales. El miedo a la expareja y a su familia, el chantaje con los hijos o el sentimiento de culpa de la mujer porque el agresor pueda ir a prisión se repiten como factores que llevan a la víctima a dar un paso atrás. Es determinante el deterioro personal de la mujer -del que en la mayoría de las ocasiones no es consciente-, su ansiedad, su sentimiento de vergüenza, falsas creencias sobre el amor o la dependencia emocional de la pareja.

"Yo he sido una persona que he denunciado y que la ha quitado y he vuelto y rezo a Dios cada día para que cambiase un poco, solo que quitara sus celos, sería la persona perfecta...y no es síndrome de Estocolmo", declara una de las entrevistadas. Un episodio de violencia muy grave lleva a interponer la denuncia pero cuando la mujer vuelve a casa empieza a recular. Si hay órdenes de protección, la retirada es menos probable. El nivel educativo o el conocimiento del idioma influye. Cuando más vulnerable sea la mujer, más posibilidades de que dé marcha atrás. La ayuda de los servicios sociales es crucial. Díaz advirtió de la gravedad de que se retire un 20% el presupuesto en prevención, como ha hecho el Gobierno central. "Tenemos que seguir muy vigilante en esta lucha", concluyó.

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