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«Dependemos en exceso de la UE. Hay que diversificar destinos»

El director del Instituto de Comercio Exterior (ÍCEX) en Andalucía, José Antonio Vázquez-Rosso, deja el puesto tras 32 años y estima que la internacionalización es hoy la mejor senda empresarial

el 29 ago 2010 / 19:15 h.

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José Antonio Vázquez-Rosso posa en la Plaza de España de Sevilla, donde el ÍCEX tiene su sede regional.

-La empresa busca la internacionalización como una vía de escape a la crisis. ¿Se ha notado en estos tres últimos años un mayor interés por el exterior?

-Sin duda. Debido a la profunda crisis española, la única forma de compensar la caída del mercado interior es con la internacionalización de las empresas, y es probablemente la salida más eficaz. En los últimos años, cada vez han sido más las que han acudido a nosotros ya sea para profundizar en la internacionalización diversificando los mercados o para iniciarse en ella porque carecen de experiencia exportadora.

-¿Adónde ir?

-El mercado preferente sigue siendo la Unión Europea, que absorbe un 75% de nuestras exportaciones. Pero hay una necesidad de evitar que dependamos tanto de la UE e ir más a EEUU, donde nuestras ventas son aún reducidas y no aprovechamos nuestras posibilidades, a América Latina, que no está sufriendo tanto la crisis mundial, y hacia los mercados de futuro, los asiáticos, con dos grandes monstruos económicos, China y la India. Las naciones del futuro son Brasil, la India, Rusia y China. Por último, están otros países, como Indonesia, México o Turquía. Los centros de decisión económica están cambiando. Estados Unidos seguirá como el primer polo, el segundo será Asia. El objetivo, diversificar destinos.

-No me ha citado nada del Norte de Marruecos.

-Marruecos es preferente para la economía española y la andaluza y puede utilizarse, además, como trampolín para el resto de África. Argelia también es preferente, sobre todo por el comercio de crudo y gas. Túnez es pequeño aunque interesa. Libia y Egipto también aparecen con grandes posibilidades de demanda. Pero el resto de África, la subsahariana, es una de las zonas con un futuro económico más problemático debido a su gran inestabilidad política y social.

-Cada vez que se cita a Marruecos, las asociaciones agrarias saltan y critican los acuerdos comerciales. ¿Es una visión miope?

-La relación con Marruecos es siempre sensible desde el punto de vista político. No la calificaría de miope. La diferencia de renta entre España y Marruecos es la más alta de cualquier relación de vecinos del mundo, y superior incluso a la de EEUU y México. Esto marca situaciones de tensión y las diferencias conviene reducirlas, no cabe duda, y la única forma es que nuestro vecino del sur mejore su situación.

-Pero en sus más de treinta años de carrera en Andalucía, ¿a qué Estados les ha dedicado más tiempo?

-Lógicamente he seguido las instrucciones que el Gobierno me ha dictado. Zonas preferentes han sido siempre Marruecos, la Unión Europea y, últimamente, nos estamos volcando en las asiáticas. El futuro económico es Asia y allí la presencia de nuestras empresas es muy reducida.

-En el caso de Andalucía, ¿se aprovechan las oportunidades del mercado asiático?

-Ni las empresas andaluzas ni las españolas. La presencia crece, pero lentamente

-Fundamentalmente Andalucía vende agroalimentación. En estos tres años de crisis económica, ¿ha habido un impulso destacado de otros sectores?

-Ese impulso es general. Hoy día rara es la empresa que no se interesa por el comercio exterior. Pero una cosa es interesarse y otra ejecutar el interés. De hecho, son muchas las empresas que no tienen siquiera un responsable que hable idiomas, un gran hándicap. En Holanda habla inglés hasta el del puesto de los perritos calientes. Tampoco tienen expertos en comercio exterior, no es lo mismo vender en Moscú que en Cuenca. Y, por último, está la cuestión financiera. La mayoría de las operaciones de exportación necesita cierta inversión, y no siempre se consigue, ni por los propios medios ni por parte de las entidades bancarias. Nosotros tratamos de ayudarles en todo lo posible, pero tienen una serie de dificultades, y no todas las empresas españolas son competitivas, eso hay que dejarlo claro, ser honestos y decírselo.

-Se dice que el grifo del crédito está cerrado para las empresas, ¿también para las que destinan el dinero a operaciones de exportación?

-La banca no distingue entre mercado interior o exterior, sino entre las operaciones que son rentables y las que no.

-Estamos hablando sólo de vender, ¿qué ocurre con la instalación de empresas en el extranjero?

-Es un segundo paso. Cada vez son más nuestras empresas que se instalan en el extranjero y, por tanto, tienen una base fija de ventas y mejoran sus expectativas extraordinariamente. Es más complicado dar el paso, pero nos tenemos que acostumbrar a que estamos en un mundo globalizado.

 «Debemos quitarnos el complejo alimentario»

-Las relaciones entre el ÍCEX y otras instituciones que realizan comercio exterior, como las Cámaras de Comercio o Extenda, ¿son buenas o hay rifirrafe porque cada una tira por su lado?

-Puedo decir con la boca llena que son muy buenas y palpables.

-Los empresarios andaluces hablan muy bien de Extenda. ¿En otras comunidades ocurre lo mismo con sus organismos de promoción exterior?

-Los empresarios hablan muy bien de Extenda y justificadamente porque está haciendo una magnífica labor. En otras regiones hay organismos similares también muy eficaces.

-De Andalucía se decía que era una exportadora neta de graneles...

-Era, en efecto. Pero está cambiando y todavía queda por cambiar, es una de las asignaturas pendientes. Andalucía es una magnífica productora pero aún le queda por avanzar en la comercialización. El reto es aumentar el número de exportadores porque el beneficio no está en la producción, sino en la comercialización, y ahí está el caso del aceite de oliva. Es fundamental, asimismo, potenciar la presencia de marcas en el exterior.

-Se trata ya de una cantinela, tanto repetir y repetir esa necesidad....

-Yo soy técnico, no político. Lo único que nosotros, como sector público, podemos hacer es indicar líneas generales e incentivar, y luego la operación la decide el empresario.

-¿Andalucía exporta tecnología?

-Sin duda. La imagen de que sólo se exporta agroalimentación no es verdad. Pero siempre digo que lo importante es el valor añadido, y un producto agroalimentario lo puede tener y otro tecnológico, no tanto. Hay que estudiar cada caso. Holanda, Dinamarca, Canadá o Australia tienen unas industrias agroalimentarias muy rentables. El margen lo puede dar un alimento o un producto de alto nivel tecnológico. El sector agroalimentario es el buque insignia de nuestra economía y hay que quitarse ese complejo.

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