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Descubriendo el olor a marismas

En Andalucía encontramos paisajes que van desde los desiertos de Tabernas hasta los bosques húmedos de la serranía de Cádiz, pasando por los picos de Sierra Nevada y Ronda y llegando, como no, a los infinitos horizontes de las marismas.

el 14 sep 2009 / 20:13 h.

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En Andalucía encontramos paisajes que van desde los desiertos de Tabernas hasta los bosques húmedos de la serranía de Cádiz, pasando por los picos de Sierra Nevada y Ronda y llegando, como no, a los infinitos horizontes de las marismas. El Parque Nacional de Doñana atesora los humedales del Guadalquivir y el Odiel.

Más allá de las playas, las costas de Huelva cuentan también con inmensas marismas formadas en las desembocaduras de los ríos que ofrecen una alta producción vegetal y que se convierten en el mejor lugar de reunión para aves migratorias europeas y africanas. El agua está de moda y, para más inri, este elementos natural será el gran protagonista del próximo año. Así que, en este contexto, las escapadas de fin de semana en torno a las zonas húmedas pueden venir muy a cuento.

En la provincia onubense, la ruta comienza en Isla Canela, en las marismas del Guadiana y del Carreras con diferentes ambientes salinos, continuando en la marisma del río Piedras y 'la flecha' de El Rompido, hasta llegar al espigón de Huelva, una formación artificial desde la que se pueden observar aves marinas. Desde allí, por la carretera de Mazagón a Torre de la Higuera, emerge un acantilado de arenisca cubierto por dunas aisladas de la playa. Y continuando hasta el Rocío, se llega al corazón biológico y patrimonial de Huelva, el Parque Nacional de Doñana.

El territorio de Doñana está formado por diferentes y valiosos ecosistemas entre los que el Guadalquivir vuelve a ser protagonista con su gran marisma, una de las principales zonas de invernada y cría de aves acuáticas del continente. Los cambios de suelo y humedad propician hábitats diversos para flora y fauna.

La salinidad de algunas zonas las mantiene exentas de vegetación, mientras que en otras crecen carrizos, castañuelas y bayuncos, tornándose en extensas superficies verdes en primavera que se secan hasta cuartearse en la época estival y vuelven a encharcarse en otoño e invierno.

Más de 300 especies distintas de aves pueblan las marismas en diferentes épocas del año. Algunas, como el ánsar común, hacen de ellas su cuartel de invierno. Otras, como la espátula y la garza llegan en primavera para reproducirse. En este humedal tampoco faltan rapaces como aguiluchos laguneros o la escasa e imponente águila imperial.

Y a la importancia de Doñaña se suma la segunda gran zona húmeda onubense, las marismas del Odiel, cerca de la capital. Este paraje cuenta con el centro de interpretación de Calatilla, que además de una red de senderos con miradores, oferta itinerarios a pie, en tren o en barco, en los que un guía experto invita al visitante a disfrutar de la presencia de cigüeñas negras y flamencos.

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