Ni 10 años ha durado la plaza del Polvorón de Morón de la Frontera tal y como la plasmó el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra. Las quejas de los que veían el diseño demasiado modernista para el centro, unidas a su estado de descuido, han llevado al Ayuntamiento de Morón de la Frontera a echarla abajo.
En octubre de 2000, el Polvorón se inauguró como un símbolo del fin de la reforma de la Casa de la Cultura Fernando Villalón. Nueve años después, el legado dejado por el prestigioso arquitecto, entendido antaño como parte indispensable del patrimonio del pueblo, ha dejado de existir.
En el equipo de gobierno (PP) lo tienen bien claro: ese diseño "nunca encajó entre los vecinos". El concejal de Urbanismo, Francisco Manuel Morilla, aseguró ayer que recibieron hasta 3.000 firmas para su reforma hace cuatro años, pero "no se hizo por razones económicas". Este año han echado mano del dinero del Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL) para remodelar por completo este enclave.
Los técnicos municipales se han encargado del cambio. Eliminaron el granito macizo para cambiarlo por un ladrillo más convencional, y en su diseño está previsto que sea más visible, ya que, según el PP, la altura anterior de la plaza hacía difícil su vigilancia, por lo que era frecuentada por "personas de otra índole" que molestaban al vecindario.
Del proyecto anterior (en la imagen de la izquierda) no quedarán ni las palmeras y jacarandas, que serán sustituidas por naranjos. El nuevo diseño se coronará con una estatua del poeta Fernando Villalón a caballo. Esta remodelación ha pillado por sorpresa al gabinete del arquitecto, que ayer confirmó no haber recibido ninguna notificación.
Tampoco ha gustado la decisión en la oposición. El portavoz municipal de IU, Alejandro Álvarez, considera "populista" el uso del FEIL para acometer esta obra. "La plaza podía gustar más o menos, o casar más o menos con la estética del centro, pero eso no es óbice para hace una obra de esta envergadura", criticó.
Entre los vecinos hay disparidad de opiniones. Hay quien respalda el cambio, porque considera que estaba "descuidada y no pegaba". Pero también están los que no comprenden que se acometan estos trabajos en tiempos de crisis. Es el caso de Elvira Rodríguez, vecina de la Atalaya, que denuncia que "mientras se gastan ese dinero ahí", en su calle no tienen ni iluminación.
La plaza fue inaugurada, bajo el mandato del PSOE, por Manuel Chaves como parte del proyecto de rehabilitación de la Casa de la Cultura Fernando Villalón, con un diseño del mismo arquitecto. Las obras se alargaron 20 años y contaron con una inversión de 1,8 millones de euros.
