El primero de los robos se produjo a mediados de enero cuando una vecina denunció que alguien se había introducido en su domicilio aprovechando que pasaba el fin de semana fuera y le se habían llevado joyas, además de bisutería, cámaras de fotos, terminales de telefonía móvil, ordenadores portátiles, varias prendas de ropa, gafas de sol, botellas de vino, la televisión, el reproductor DVD e incluso una batidora de la cocina.
El segundo robo se produjo menos de un mes después. En una vivienda ubicada en un inmueble a escasos metros del anterior, donde el ladrón se introdujo a través de una ventana abierta que daba al patio de vecinos y "en menos de una hora que tardó en volver su ocupante lo desvalijó a conciencia, de manera tan minuciosa como el anterior", añade el comunicado.
Al parecer, encontró una copia de las llaves de un vehículo y bajó al garaje del bloque robando también todas las pertenencias del interior del automóvil.
La investigación, efectuada por los agentes adscritos al grupo de robos de la UDEV de esta Jefatura Superior, permitió determinar la autoría de los hechos por parte de un vecino del mismo inmueble que la segunda víctima, que almacenaba los efectos sustraídos en su propia vivienda, a pocos metros de las desvalijadas, y que tras dejar "enfriar" el botín unos días empezó a darle salida a través de casas de compra-venta de oro y joyas.
Verificado por los agentes que sólo había vendido una pequeña parte de los efectos sustraídos, se practicó la detención del mismo de manera simultánea al registro de su vivienda, y recuperaron gran parte de lo robado.
Los agentes constataron, además, que el detenido conocía a sus víctimas, sus hábitos y rutinas, aprovechando sus ausencias para cometer los delitos.
Finalizadas las diligencias policiales el detenido, al que le constaba una detención anterior, pasó a disposición judicial decretándose su ingreso en prisión de manera inmediata.
