Es un pueblo con el corazón roto por las heridas que PSOE e IU se han infringido durante más de un lustro. Tras insultos, mociones y denuncias cruzadas, La Algaba se sumió en el drama por la muerte, tras una larga enfermedad, del alcalde elegido en las urnas: Marcos Agüera. Su marcha, a pocos días de tomar posesión, parecía el punto de partida para acabar con la rencillas. Pero su relevo en la Alcaldía, su primo Diego Manuel Agüera (PSOE), no lo ve tan claro: la guerra con IU continúa.
-Es complicado hacer esta pregunta. Debe de ser durísimo sustituir a su primo Marcos Agüera.
-Todo el que empieza en política en un municipio su culminacióin es ser alcalde. Desde pequeño me cuentan que decía que sería alcalde de La Algaba, pero en ningún caso por las circunstancias por las que ha pasado. Ha sido difícil y sigue siéndolo. Cada vez que subo a este despacho aún pienso que va a estar sentado ahí Marcos. Ha sido, más que un amigo, un maestro político. Cuando empecé en política, él tenía 25 años y ya tenía recorrido en política provincial. Es injusto, con tanto por lo que ha luchado y pasado, que no pueda vivir la alegría de tener mayoría absoluta.
-¿Le pudo más el corazón que la cabeza al optar a la Alcaldía?
-Pasó dos años como alcalde muy duros. No sólo por su salud, sino por razones políticas, porque el excalde de IU lo tachó como el alcalde no elegido, cuando las mociones de censura son legales. Cuando decide presentarse, el PSOE lo apoya al 100%. Él estaba bien dentro de sus limitaciones, aunque conforme llega la campaña su deterioro se va notando. Pero era tal la ilusión que tenía por ser alcalde que jamás se pensó en que renunciara, pese a que nos jugábamos las elecciones, porque una campaña sin candidato era difícil. La mayoría absoluta fue el mayor regalo: el domingo electoral, cuando llegamos a su casa, sólo decía "Lo hemos conseguido".
-¿Cuál crees que fue el resultado del éxito? En la provincia, el PSOE se ha dado un batacazo.
-Y es la única vez que el PSOE logra mayoría absoluta aquí [apostilla]. Desde que Marcos tomó la Alcaldía en 2009, nos dijo que nos acercáramos al ciudadano para resolver sus problemas y nunca mintiéramos. Si era no, teníamos que explicar por qué. Al final, creo que la mayoría de las jóvenes, que votaban la primera vez, han dicho no a la corrupción vivida en este pueblo en los últimos seis años. Quieren otra cosa. Yo mismo les transmitía que de pequeño me había tenido que ir a estudiar a Sevilla porque aquí no había sala de estudio. Los jóvenes tienen que irse a La Rinconada o Guillena para jugar al pádel o al futbito. Y eso, en dos años, hemos logrado que no pase.
-Tras la pérdida de Agüera, ¿llegó la paz entre PSOE e IU?
-Aunque ante la prensa el candidato de IU dijo que enterraría el hacha de guerra, la verdad es que ha sido el único que no ha mandado condolencias a la familia o al Ayuntamiento. Diego Valderas sí lo hizo. Él queda bien, pero donde debe hacerlo, en la intimidad, no. José Luis Vega no desea acabar esta guerra. Yo sí lo pedí en una carta a los vecinos. A Marcos nunca le gustó esa pelea y le tendió la mano a Vega tres veces. Y las rechazó.
-¿Y no se puede arreglar?
-Se le ha dado una salida a IU. El PSOE no se sentará jamás con IU si lo lidera un concejal imputado por corrupción. A nivel personal, nos duele que no haya respetado la enfermedad de Marcos ni en campaña ni en su muerte y, a nivel político, el PSOE no se sienta con corruptos. Vega, recuerdo, está imputado en seis causas.
-Se personaliza mucho en Vega. ¿No hay cierta autocrítica?
-El PSOE sólo culpa a Vega y sólo hizo una moción para quitar al alcalde y a sus cuatro amigos que se estaban enriqueciendo. Y eso se demostrará en los juzgados.
-Dejando esa pelea, ¿cómo se encuentran las arcas locales?
-Hemos ido salvando la situación. Pero están al límite y en septiembre no sé si podremos pagar las nóminas, porque tenemos agotados los anticipos del Opaef. Pero lo último que haré, sería una hecatombe, es echar a trabajadores.
-Toca ponerse a la cola y pedir ayuda a la Diputación, la Junta...
-Confiamos en las políticas de la Diputación, que nos salvaron hace un año de una situación complicada. Pero, pese a las dificultades, La Algaba es un pueblo que no es de los peores porque cuando pase la crisis estará en cabeza. Es una joya sin pulir, ya que tenemos tres áreas de oportunidad y un PGOU que ni lo hemos tocado.
-¿Cuál es el proyecto en el que deposita más esperanzas?
-De las tres áreas, hay una muy especial: el parque de la Huerta Alcántara. Está proyectado y aprobaremos en pleno el plan de sectorización. La idea es instalar grandes firmas allí que generen empleo. No queremos un polígono. Nuestro modelo no es La Rinconada, sino Camas. Polígono ya hay uno y tiene muchas naves vacías.
-Está todavía pendiente el puente Rodríguez de la Borbolla.
-Hay compromiso de Obras Públicas de que el primer dinero que se libere irá para una rotonda tan necesaria para que 1.600 vecinos de Almenara del Guadalquivir no tengan que dar la vuelta al pueblo y tengan acceso directo a la A-8006.
