Décimo día de la búsqueda de Marta en el Guadalquivir, y décimo día sin rastro de su cuerpo. "El tiempo no ayuda, sólo sirve para hacer descartes", reconocía un sargento de la Guardia Civil. La tarea ayer se centró en el tramo final del río y, de nuevo, bajo la pasarela de Camas. Los especialistas siguen "fuertes e ilusionados por lograr resultados".
En el día de ayer, el rastreo de los especialistas se concentró en el cauce comprendido entre el municipio de La Puebla del Río y la desembocadura del Guadalquivir, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Las motos acuáticas del Instituto Armado apoyaron el trabajo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que tenía ciertas dificultades para acercarse a las masas de barro de las riberas, ya que los soldados iban a pie y había zonas en las que el barro "los engullía, casi literalmente", informó Guillermo Alonso, portavoz de la IV Zona de la Guardia Civil.
Los guardias sondearon el lodo con varas de hierro y madera dotadas de un punzón en la punta para ir palmo a palmo y pasearon por la orilla a los perros especializados, pero sin que se encontraran pistas sobre el paradero de la muchacha.
En esa misma tarea se centrarán hoy y también proseguirá el examen de las balsas de riego y los motores de agua de los arroceros, en el tramo próximo a Isla Mayor. El trabajo de rastreo sigue activo con un dispositivo de 218 efectivos, casi cien más que los que iniciaron esta ya pesada búsqueda.
A primera hora de la tarde de ayer se vivieron momentos de agitación bajo la pasarela que enlaza la localidad de Camas con la Isla de la Cartuja, el punto en el que Miguel, Samuel y Javier aseguran que arrojaron el cuerpo de Marta en la noche del 24 de enero pasado, el día de su desaparición. El barco sonda que emite imágenes en tres dimensiones del lecho del río detectó tres puntos bajo el puente en los que había "volúmenes extraños". Finalmente los buzos del Instituto Armado comprobaron que se trataba de basura en el fondo del Guadalquivir. Nada más. Una falsa alarma, como la que dio el jueves pasado un animal muerto a la altura de la finca de Santa Eufemia, en Coria del Río.
Ayer comenzaron a trabajar a pleno rendimiento los seis perros llegados de Holanda por su experiencia en la búsqueda de cuerpos en los canales de aquel país, que se suman a los 11 perros especialistas de la Guardia Civil y la Policía Nacional que trabajan desde el primer día de rastreo, en turnos de cinco y seis.
