No es ni mucho menos el delantero más rentable del Fenerbahçe, pese a que en su momento fue el fichaje más caro, pero el serbio Mateja Kezman está cada día más certero, coincidiendo con una forma de vivir muy ordenada e influida por una creciente religiosidad que ha hecho pública.
Jugará contra el Sevilla, mañana miércoles, aunque la titularidad está cara arriba en el Fenerbahçe, y directamente comenzará uno de esos días de ayuno que ha elegido guardar dos veces en semana.
Mateja Kezman, serbio, ha desarrollado en Turquía, donde los musulmanes son mayoría, una fe que tenía algo dormida en otros países donde ser cristiano-ortodoxo era más fácil. Kezman, por ejemplo, pasó la Navidad en su hotel, "rezando para estar cerca de Dios", porque en las vacaciones tenía compromisos con su equipo a los que no podía renunciar, y bien que lo sufrió, porque cada día se siente más atraido por la sosegada vida de los monjes, "por los que antes sentía pena y ahora envidia, porque pueden respetar mejor los mandamientos de Dios".
En lo futbolístico, casualidad o no, Kezman está explotando en el campo ese orden que se desprende de su forma de entender la vida. Acumula seis tantos en Liga, menos que Semih Sentürk (11 tantos), Alex (9) y Deivid (8), por ejemplo, pero los ha metido casi todos en el último mes, viniendo claramente de menos a más cuando más se le va a necesitar.
El hombre que equilibra. Aurelio es el sostén del centro del campo. Está a todas, de hecho es uno de los jugadores que más faltas ha hecho en la fase de grupos de la Champions (20), aunque también las recibe (24) como el que más.
Otro futbolista del conjunto turco aparece entre los puestos más altos de una clasificación, en esta ocasión el de las cartulinas amarillas sufridas (4), el uruguayo Lugano, un hombre que estuvo en la agenda del Sevilla cuando buscaba un central de jerarquía tras la marcha de Sergio Ramos. El Sevilla apostó por Drago, que en la relación precio-calidad ha respondido con creces. Lugano era carísimo.
Al ritmo de Alex. El Fenerbahçe lo tiene muy clarito. Tiene a jugadores importantes de su país que necesitan para competir al mejor nivel la aportación de la mejor escuela del fútbol mundia: Brasil. La columna vertebral la conforman en defensa Roberto Carlos, que dejó el Madrid para acabar su carrera en Turquía, y Edu, un veterano.
En punta confiaron en un consagrado goleador en Europa, Deivid, que en Portugal dejó claro que su adaptación al medio estaba hecha. Pero el jefe es Alex, sobre el que pivota todo el juego de ataque. Puede dar el último pase o directamente meter el gol que necesita su equipo. Controlar a Alex es frenar seriamente al conjunto turco. Otro brasileño, Zico, manda desde el banquillo.
El fichaje. Aprovechando la apertura del mercado de invierno, y con vistas a esta eliminatoria, el Fenerbahçe ha hecho un fichaje que ha podido inscribir para ayudar en la Champions, y por supuesto en su Liga. Se trata del chileno Claudio Maldonado, que estaba haciendo carrera en Brasil, representado por el todopoderos Figer, que es quien lo ha colocado en uno de esos equipos a los que suministra jugadores importantes del mercado brasileño. Curiosamente, el Sevilla salió a la palestra como posible destino de este medio.
