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Do Dragao confirma el declive del proyecto

El Sevilla desperdició en Oporto el penúltimo cartucho para salvar una temporada cuyo transcurrir está confirmando el declive de un plantel que no parece llamado para los ambiciosos objetivos de antaño.  

el 23 feb 2011 / 21:32 h.

El sevillista Medel se anticipa a Belluschi, del Oporto.

La Europa League, después de que el objetivo doméstico de meterse en la Liga de Campeones sea hoy casi inalcanzable -a 14 puntos de la tercera plaza y a 12 de la cuarta- era prácticamente la última oportunidad que tenía este Sevilla de enderezar una temporada que empezó a torcerse muy pronto, en agosto, cuando el Sporting de Braga -que en la Liga portuguesa está a 29 puntos del Oporto- dejó KO en la previa de la Champions a la escuadra entonces entrenada por Antonio Álvarez. 

El potencial del rival y el 1-2 adverso de la ida convertía la misión casi en imposible, aunque las espadas seguían en lo alto porque "técnicamente somos mejores". Lo dijo José María del Nido en la víspera, pero Manzano no lo entendió así: quitó a Escudé para meter en su lugar a Alexis y dejó de suplente a Medel para darle al timón del equipo a Zokora. Su plan resultó un fiasco y no funcionó, pues el Sevilla estuvo más de una hora larga vagando a merced del Oporto, blando en defensa, sin criterio en el medio, donde a Rakitic apenas se le vio, y solo con apariciones fugaces de Kanouté y Negredo arriba, pues las bandas volvieron a estar muy desasistidas. Alexis se cargó pronto con una amarilla por un patadón sin ton ni son a Moutinho (21') y Webb le perdonó la segunda por un claro agarrón sobre Hulk (38'). Estaba anunciado lo que luego iba a pasar...

Pero antes ocurrió un pequeño milagro, de esos que otrora tanto acostumbraba a protagonizar este Sevilla (Puerta al Schalke, Palop en Donetsk...) y después de fallar el Oporto media docena de ocasiones de gol -la última clarísima de Hulk- llegó la primera jugada bien hilvanada de los sevillistas en toda la tarde y el 0-1 de Luis Fabiano. De regalo, Webb expulsó a Pereira tras el saque de centro y la remontada empezó a cobrar visos de realidad. Quedaban veinte largos minutos con uno más que se hicieron muy cortos porque cinco después se autoexpulsaba Alexis y acababa con el atisbo de reacción, corroborando el declive de un proyecto.

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