El Rey Juan Carlos y el Príncipe Felipe, en el Escorial el pasado martes. / EFE
Días después de que anunciara don Juan Carlos que abdicaba en favor de su hijo, justificando que «una nueva generación reclama protagonismo», Felipe VI será proclamado Rey de España el jueves 19 de junio, según informaron ayer fuentes oficiales. Felipe VI se convertirá en Monarca ante su esposa, Letizia, y sus dos hijas, las Infantas Leonor y Sofía. Aún no se sabe si a la ceremonia asistirán los Reyes don Juan Carlos y Doña Sofía.
La proclamación del nuevo Monarca tendrá lugar en el Congreso de los Diputados, en una sesión conjunta de las dos Cámaras del Parlamento español, después de que ambas aprueben la ley que regula la abdicación del Rey don Juan Carlos y de que este sancione con su firma dicha normativa.
La Casa Real había adelantado que el 19 era una de las fechas que se barajaban, pero señalaron que no era la institución la que fija el día de proclamación, sino que esta saldría del proceso de aprobación de la ley en el Parlamento.
No obstante, el Congreso de los Diputados apuntó al 18 de junio como fecha a partir de las cual se podría celebrar la proclamación.
Procedimiento de urgencia. Por su parte, el Pleno del Senado dio luz verde ayer a la tramitación en lectura única por el procedimiento de urgencia del proyecto de Ley Orgánica que hace efectiva la abdicación del Rey don Juan Carlos. Votaron en contra los senadores de IU, ICV y ERC mientras que PNV optó por la abstención.
La autorización para la tramitación urgente del proyecto de ley aprobado por el Consejo de Ministros recibió 209 votos a favor, seis en contra y cinco abstenciones. En una breve intervención, los parlamentarios de IU e ICV mostaron su desacuerdo con este proceso y pidieron un debate «sereno» sobre el modelo de Estado, mientras que los portavoces de PP y PSOE defendieron la excepcionalidad del momento.
El proceso sí recibió el apoyo de los senadores de PP, PSOE, parte del Grupo Mixto y CiU, al margen de que este grupo había anunciado que se abstendría en la votación del proyecto de ley. Los senadores de Amaiur, por su parte, decidieron no participar en la votación.
La Cámara Alta incluyó como último punto del orden del día de la sesión plenaria de esta semana la autorización para tramitar en lectura única el proyecto de ley que avala la abdicación de don Juan Carlos. Lo hizo antes de que la iniciativa llegara a la Cámara e, incluso, de que hubiera sido aprobada por el Congreso de los Diputados.
Este argumento es en el que los representantes de IU e ICV basaron algunas de sus críticas, ya que recordaron que el procedimiento de urgencia solo puede acordarse cuando la naturaleza de la ley lo aconseje y, formalmente, el Senado aún no conoce el contenido de ese proyecto de ley. «Podemos deducir qué es lo que vendrá, pero hoy por hoy la Cámara Alta no se le ha remitido ningún proyecto de ley», sostuvo el senador de ICV Jordi Guillot.
A su juicio, un tema tan «trascendental» como la abdicación de un Rey no puede ser abordado en lectura única y, frente a la «abdicación, tramitación y coronación exprés», reivindicó un debate «sereno y sosegado» sobre el modelo de Estado.
Unanimidad. A estos argumentos se sumó el senador de IU Jesús Iglesias, quien añadió que la lectura única solo debería utilizarse cuando hay unanimidad en la Cámara sobre el proyecto en tramitación, algo que no sucede en este caso.
Pero además, consideró que la urgencia no está justificada, ya que don Juan Carlos había anunciado su abdicación, pero «no hay vacante institucional» y «sigue ejerciendo sus funciones». A su juicio, si durante los últimos 36 años no ha habido oportunidad de aprobar el proyecto de ley que contempla la Constitución para regular el procedimiento de abdicación, tampoco está justificado que ahora se haga rápido y en lectura única.
No compartieron la misma posición PP y PSOE, que defendieron la excepcionalidad del procedimiento para justificar su paso acelerado por las Cortes Generales. «Un momento de esa excepcionalidad sí se debe tratar y tramitar como lectura única», subrayó el secretario general del Grupo Socialista, José Miguel Camacho.
Su homólogo del Grupo Popular, Antolín Sanz, compartió esta postura y aprovechó para «reafirmar» el compromiso de su grupo parlamentario con la Monarquía parlamentaria.
