Economía

Dos años con la estrella de Miró en las oficinas Cajasol

En agosto de 2012 culminó la integración de la caja sevillana en el hoy mayor banco en Andalucía.

el 28 ago 2014 / 10:00 h.

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Sus rótulos negros con la estrella de Miró ya se estaban colocando en oficinas sevillanas cuando un 3 de agosto de 2012 Caixabank elevaba a escritura pública la integración del fracasado grupo de cajas Banca Cívica, que acogía a la andaluza Cajasol –surgida apenas cuatro años antes de la fusión de El Monte y San Fernando–. En tiempo récord se producía el desembarco en una entidad, Cajasol, cuya marca se conserva por aquello del apego al territorio andaluz aunque el territorio andaluz tenga ya más que asumida la marca de La Caixa. Atención, pregunta: ¿Cuál era el logotipo de Cajasol? Un sol amaneciendo sobre la ce. cAIXA Imagen de uan de las primeras oficinas de Cajasol reconvertidas en Caixabank en la capital sevillana. / J. M PAISANO Frente al lustro que costó que San Fernando y El Monte caminaran juntas, la mutación de Cajasol en Caixabank fue rapidísima: anunciada en marzo de 2012, en julio se realizó la integración jurídica y contable, elevada a efectos registrales en agosto, en diciembre se completó la unificación de las plataformas tecnológicas, en marzo de 2013 se acordó el recorte laboral y tan sólo un mes después devolvía los 977 millones de euros percibidos del Estado para digerir aquel morlaco que era Cívica. A día de hoy, la entidad catalana es la de mayor de Andalucía en todos los sentidos. En 2013, el volumen de negocio (suma de crédito y depósitos) ascendió a 57.000 millones de euros, de los que 40.000 procedieron de la zona occidental, precisamente la de mayor implantación de la antigua Cajasol. En esta última, de hecho, posee una considerable penetración, según los datos ofrecidos por el director territorial de esa área geográfica, Rafael Herrador: gestiona 33 de cada 100 nóminas y 50,9 de cada 100 pensiones, 60 de cada 100 autónomos son clientes y la cuota global en créditos y depósitos es del 21 por ciento –es decir, algo más de la quinta parte de la totalidad del dinero movilizado por los bancos–. ¿Clientes? Casi 3 millones en el conjunto de Andalucía– 9 millones a nivel nacional–. Sí, la integración llevó aparejado un fuerte recorte de red comercial y plantilla ante las duplicidades (solapamientos) de sucursales. A 31 de diciembre pasado, Caixabank contaba en la comunidad con 971 oficinas (16,95 por ciento), frente a las 1.276 del ejercicio precedente. Para hacerse idea de cuánto sumó la caja sevillana a su caballero blanco, valga esta comparación: a 31 de diciembre de 2011, La Caixa tenía en Andalucía 637 oficinas, y al cierre de 2012, el doble: 1.276. Son datos de los informes anuales de auditoría remitidos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. No habrá más tijera, según sentencian en esta entidad. Pero junto con lo bueno, Caixabank se comía de Cajasol su elevado peso y riesgo inmobiliario y las pérdidas del conjunto del grupo empresarial, del que aún sigue soltando lastres. Así, anunció su salida de la compañía aeronáutica Alestis y vendió el parque temático Isla Mágica, y ha ido abandonando participaciones de menor calado que no le reportaban ni oficio ni, sobre todo, beneficio. Para vender ha vendido hasta el club de baloncesto Cajasol. La palabra inmobiliaria, eso sí, sigue abundando a la hora de rastrear las participadas son sede social en Sevilla –no pocas con resultados teñidos de rojo–. La polémica tampoco le ha dejado en estos dos años, en especial cuando anunció su decisión de abandonar el proyecto del Caixafórum en las Atarazanas de Sevilla para llevarlo a la torre Pelli, el rascacielos aún en construcción y heredado de los sueños de grandeza de Cajasol –primera piedra colocada en julio de 2007–, con una inversión inicial de 350 millones. Si los planes no se alteran, la torre estará terminada para primeros del próximo año, sin que haya aún trascendido cuál será la estrategia de comercialización de sus oficinas y locales de los edificios anexos –de hecho, se teme una estampida desde otras zonas de la ciudad hacia el rascacielos–, ni qué cadena hotelera se instalará en sus pisos altos. Y se espera, asimismo, una decisión final –Junta de Andalucía y Ayuntamiento  están enfrentados– sobre el nuevo puente que ha de aliviar necesariamente el tráfico de la Cartuja una vez que se inaugure el complejo. De aquí a finales de este año habrá muchísimo que contar, dicen fuentes cercanas a la obra. Mientras, en las Atarazanas existe el  compromiso de invertir 10 millones de euros para el proyecto cultural que decida el Gobierno autonómico –se presentará en septiembre y, en principio, será un museo y espacio de encuentro y convivencia americanista–. El nuevo Caixafórum de la torre Pelli tendrá 6.600 metros cuadrados, está diseñado por el arquitecto Vázquez Consuegra y abrirá al público en 2016. En cuanto al conjunto la Obra Social, desde la entidad financiera catalana hacen especial hincapié en que es la mayor de Andalucía y Sevilla: 50,3 millones están presupuestados para este año. Rafael Herrador será Gaspar en la Cabalgata de Reyes de 2014 en Sevilla. Un reflejo más de marca integrada en la ciudad.

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