Por todos es bien conocida la afición que tienen los más jóvenes a las nuevas tecnologías, pero lo que es un verdadero problema es el que tienen dos adolescentes de 12 y 13 años que se encuentran en tratamiento en el Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil de Lleida por estar enganchados a la tecnología. "Llegaron por su adicción al messenger, pero vimos que también eran dependientes del móvil", señaló la directora del centro, Maité Utgés, según informó ayer el periódico El País en su edición digital.
Uno de ellos lleva tres meses y otro siete en un tratamiento en el que su droga se les ha retirado del todo a lo largo del tratamiento. Ambos tenían a su disposición, por más de un año y medio, un teléfono sin límite de uso que recargaban a partir de obtener propinas de los abuelos u otros familiares para recargar el aparato.
Pero el objetivo del tratamiento no es que los niños no vuelvan a tocar un teléfono. "Cuando se trata a los adictos al sexo se procura que tengan una vida normal, no que dejen de tener sexo", ironizó la doctora Tello. "Yo creo que la tecnología es positiva, pero en su justa medida", aseguró.
