Cultura

Drama y rebelión del 'mariquita'

El antiguo Matadero de Sevilla, actualmente colegio, se transformó el martes en un cuartel militar gracias al cine. En estas instalaciones ultima la directora Pilar Távora el rodaje de 'Madre amadísima'. (Foto: P. Cazalla)

el 15 sep 2009 / 09:20 h.

El antiguo Matadero de Sevilla, actualmente colegio, se transformó el martes en un cuartel militar gracias al cine. En estas instalaciones ultima la directora Pilar Távora el rodaje de Madre amadísima, la historia de un "mariquita de pueblo" que concibieron para el teatro Santiago Escalante y Ramón Rivero.

"La historia del mariquita en España no está contada, y ya es hora de que llegue al cine", afirmaba Távora arropada por buena parte de su equipo. A punto de cumplir las seis semanas de rodaje, después de filmar en Zahara de la Sierra, Carmona, Gerena y Valencina de la Concepción, no se percibía el menor cansancio en la directora y su gente.

Literas, taquillas y mesas de comedor castrense iban disponiéndose a primera hora de la mañana en las dependencias del Matadero mientras los figurantes que tenían que encarnar a los soldados se ajustaban los uniformes y las boinas y ensayaban la formación de filas en el patio. Ninguno de ellos ha hecho la mili, de modo que ha sido necesaria una mínima preparación previa a cargo de instructores profesionales del ejército. El rapado, eso sí, fue auténtico, y más de uno todavía lamentaba ayer la pérdida de una frondosa cabellera. También iba a ser real la escena de la vacunación, con un ATS diplomado encargado de aplicar las jeringuillas una a una.

Atrás queda un arduo trabajo para adaptar al cine el monólogo de Alfredito, un homosexual de 56 años y vestidor de vírgenes criado en pleno franquismo, al que la muerte del invicto Caudillo le pillará vestido de caqui en el cuartel, y cuyas sucesivas etapas vitales serán interpretadas por el debutante José Burgos -"toda una revelación", en palabras de la directora- y el propio Rivero. Cabe recordar que éste último actor protagonizó con éxito la versión original para el teatro durante varias semanas en espacios como La Fundición o la sala Cero.

A pesar del calor creciente a lo largo de la mañana, ayer todo era trasiego entusiasta en el improvisado plató del Matadero. "Me hubiera gustado rodar en la iglesia de San Luis, donde se han hecho varias películas, pero la Diputación no me dio permiso", se quejaba Távora. "Ahora no cambiaría el Matadero por nada. Estoy contentísima de poder trabajar en mi barrio. Sólo tengo que cruzar la calle y me voy a comer a casa de mi madre", bromeó.

Crítica total. Madre amadísima no es, según Távora, "una película de homosexuales, sino el drama de un mariquita de pueblo que nada tiene que ver con el mundo gay magnificado" que se ve en otras producciones. De lo que sí es consciente la cineasta es de que la voz de Alfredito, que no se para en barras, puede herir algunas susceptibilidades, si bien "la película no debe molestar a nadie, porque cualquiera que tenga un poco de sensibilidad va a entender que está hecha desde el respeto. Pero si alguien se molesta, que se moleste", aseguró.

Con todo, Pilar Távora admite que "la Iglesia como institución no sale bien parada, pues el protagonista tiene ciertas quejas que exponer al respecto a pesar de su amor absoluto por la Virgen", comenta. "Los estamentos militares no creo que se sientan ofendidos, porque las escenas del servicio militar de Alfredito están hechas en clave de comedia, con una mili verdaderamente infernal", agrega.

Lo cierto es que el personaje central tiene munición para tirar a diestro y siniestro, no sólo para los sectores tradicionalmente conservadores. "También se critica a la izquierda, con un partido comunista que no supo aceptar a Alfredito por su condición. Y hay una denuncia de fondo muy rotunda contra el maltrato a las mujeres, un elemento traumático para el personaje", dice.

Távora ha contado para este, su tercer filme, con gente tan destacada como Álvaro de Armiñán como ayudante de dirección, Marc Cuxart en la dirección de fotografía y Ana Vila como productora ejecutiva, y un elenco de actores en el que destacan Gala Évora, Santiago Escalante y Nacho Vázquez.

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