Cajasol y Fuenlabrada se quedaron con un palmo de narices cuando, en el ecuador de la competición, se hizo la primera criba con la Copa como recompensa y a día de hoy permanecen fuera de ese top-8 que delimita el acceso a la fase final por el título, objetivo último de cualquier equipo que se precie y merezca el calificativo de competitivo en la ACB.
Esa clase media a la que pertenecen sevillanos y madrileños no puede permitirse tropiezos imprevistos, acaso puntualmente. Y con la derrota ante el CAI ya agotó su cupo el morador de San Pablo, más teniendo en cuenta cómo está el patio en la lid por los anhelados play-off, apretada y exigente como nunca: ayer sin ir más lejos Bizkaia Bilbao volvió a ganar y Gran Canaria rozó la sorpresa en la cancha del Madrid.
Los hombres de Joan Plaza, por tanto, habrán de poner freno a su racha de tres derrotas consecutivas en la Liga y recobrar el ímpetu desplegado el miércoles en Europa ante el Budivelnik. La cómoda victoria ante los ucranianos debe estimular la fe de un cuadro sevillano que tratará de resquebrajar el compacto bloque de Salva Maldonado para, en primer lugar, igualarle en número de triunfos y, si es posible, enjugarle los trece puntos de margen que se registraron en el Pabellón Fernando Martín (81-68).
Reto complicado, pero es que a los locales no les vale otra cosa que la victoria, que luego visita San Pablo el Power Electronics... Para sacarlo adelante, Plaza podrá contar con todos sus efectivos después de que Louis Bullock haya evolucionado bien de sus molestias en el anillo inguinal izquierdo.
En las filas fuenlabreñas tampoco hay ausencias, pues la de Batista ya es historia y no parece haber afectado en exceso al engranaje de un Fuenla sin estrellas y con mucho currante. El pívot mexicano Gustavo Ayón es su hombre más resolutivo (10,4 puntos y 6 rebotes de media) y a buen seguro dará faena a Davis y compañía, pero es que hombres de banquillo como Leo Mainoldi (9,4) o Davor Kus (8,5) también pueden darte el día.
Los madrileños, por lo demás, han ganado en la mitad de sus visitas a San Pablo (6 de 12). Todo apunta a duelo a cara de perro. ¿Quién ladrará más fuerte?
