Una de cal y otra de arena. El próximo viernes, EADS traerá a Sevilla a sus inversores internacionales, ante los que presentará, por vez primer, el A400M. Pero, por otro lado, el grupo lanza un aviso a navegantes todas las áreas de negocio del consorcio aeronáutico europeo deberán arrimar el hombro para salir de la crisis.
El consejero delegado de EADS, Louis Gallois, única cabeza visible desde la reestructuración de la cúpula directiva del grupo, precisó ayer que hay objetivos "muy estrictos" para mejorar la rentabilidad de la compañía, que pasa por horas bajas, y que todas las divisiones del consorcio deberán llegar a esos objetivos.
Así, se refirió a los reajustes ya acometidos en el área espacial (Astrium) y en helicópteros (Eurocopter), y de los que no escapa la división de aviones de transporte militar (MTAD), que centra la actividad de CASA y que tiene en Sevilla uno de sus focos principales, al ser donde se montan todos los modelos militares de EADS (C295, CN235 y C212), junto al nuevo A400M.
Al ser preguntado por la posibilidad de que EADS plantee un plan de reestructuración y ahorro para el negocio militar similar al diseñado para Airbus y denominado Power8 -que implica recorte de plantilla y la venta de algunas plantas-, Louis Gallois respondió que la división de aviones militares "tiene que mejorar de forma definitiva, porque 2007 no ha sido un año de buenas noticias" para ella, aunque sin dar más detalles.
En efecto, la peor de todas llegó con la forma de un retraso de entre seis meses y un año en el montaje y, por tanto entrega, del primer A400M. Sobre este asunto, el consejero delegado señaló que se mantiene una "estrecha relación" con los fabricantes de los propulsores y se está examinando el sistema de turbinas. Y es que uno de los principales problemas que ha motivado la demora radica en el diseño y fabricación de los motores turbohélices que dotarán al A400M.
"El primer avión ya se puede ver en Sevilla, ya está casi montado", a un nivel tan avanzado que podría ser presentado ante los inversores "la próxima semana", precisó Gallois. Fuentes consultadas por este periódico dijeron que será el viernes, en un encuentro que, semestralmente, realiza el grupo con sus inversores y que se celebra esta vez en la capital hispalense. De todos modos, asumió el "momento crítico" que atraviesa el programa del avión que se ensambla en Sevilla y señaló que ya hay compromiso por parte de los proveedores de los motores para aportarlos a los ensayos en vuelo y evitar nuevos contratiempos, para los que se dotado una provisión de 1.400 millones de euros.
Gallois, que mantuvo el mensaje de que no hay nada que haga prever nuevos retrasos en el calendario establecido para el A400M, fijó para este próximo verano su primer vuelo y enfatizó los esfuerzos de la compañía por "estabilizar" el programa, a cargo ahora de Carlos Suárez, que hace seis meses asumió la responsabilidad de EADS-CASA. "Es consciente de ese reto y está tratando de afrontarlo", dijo.
Aun así, adelantó de forma vaga que el grupo aeronáutico piensa ya en "medidas adicionales" para sanear las cuentas, sin querer entrar a valorarlas, porque ahora toda la atención está fijada en el Power8 hasta 2010, dijo.
Desde la sede alemana de Eurocopter, el directivo aprovechó para hacer un balance general del año que ha terminado y de los desafíos que se presentan para 2008. Pero fue bastante más allá, ya que presentó una visión para el horizonte de 2020.
¿Las claves? La primera, conseguir un mayor equilibrio entre EADS y Airbus reduciendo la dependencia de ésta última, que ha demostrado el efecto arrastre a raíz de los retrasos en el A380. Así pues, la intención es reducir su peso actual, que alcanza el 65% de las ventas del grupo, hasta el 50%. Para ello, intentarán incrementar la facturación de otras áreas como servicios que ahora sólo suponen un 10%, hasta el 25%. Es decir, 20.000 millones de euros de los 80.000 que tiene previsto facturar EADS.
El lastre del efecto dólar ante un euro tan fuerte es inasumible. Tanto que EADS pretende ampliar su presencia y buscar asociaciones en países del billete verde, sobre todo, EEEU y Asia. La intención es que un 20% de los empleados se encuentre en esa área de influencia, frente al 97% de plantilla que se concentra ahora en Europa, con los consecuentes costes de producción más elevados, al igual que un 40% de los suministradores.
Consideró que hay que aprovechar el momento de un dólar débil para "buscar oportunidades para comprar" en EEUU. Sin embargo, esto no se hará de forma traumática mediante deslocalizaciones, según Gallois. Aseguró que la carga de trabajo es mayor que nunca y que ese aumento de la producción es el que se podría trasladar sin generar problemas de empleo en Europa y así subcontratar o producir en el área dólar, mucho más barato.
