Cultura

Eastwood, Batman y 'Gomorra', los olvidados

En cada edición de los Oscar hay películas, actores o directores que son olvidados por Hollywood a la hora de elegir a los candidatos y en 2009 no podía ser de otra manera. Clint Eastwood, Jonathan Demme, El caballero oscuro o Gomorra son los principales agraviados de este año.

el 15 sep 2009 / 22:58 h.

En cada edición de los Oscar hay películas, actores o directores que son olvidados por Hollywood a la hora de elegir a los candidatos y en 2009 no podía ser de otra manera. Clint Eastwood, Jonathan Demme, El caballero oscuro o Gomorra son los principales agraviados de este año.

Quizás el mayor olvido es el no haber nominado a Clint Eastwood por su enternecedora interpretación de un amargado, racista y políticamente incorrecto veterano de la guerra de Corea, Walt Kowalski, en Gran Torino, otro de los filmes ninguneados de este año.

Hollywood debería haber reconocido la labor de Eastwood como actor pero también como director de Gran Torino y de El intercambio, dos nuevas muestras del talento de este mito del western reconvertido en sensible realizador e intérprete. Eastwood está fuera de las quinielas, al igual que muchas películas, actores o cineastas que han sufrido el hecho de que hay tabúes o costumbres que la Academia no parece preparada para saltar.

En ese caso se podría situar El caballero oscuro, que ha recibido ocho nominaciones, pero sólo una de entidad y que además huele a homenaje: la de Heath Ledger como Mejor secundario. Los académicos del cine no se han atrevido a situar la cinta entre las candidatas a Mejor director (Christopher Nolan) o película aunque se lo merezca. Pero el género de acción es poco dado al reconocimiento, a pesar de excepciones como El fugitivo (1993) o En busca del arca perdida (1981).

Lo mismo se puede decir de Wall-E, que se ha tenido que conformar con seis nominaciones en categorías típicas de los dibujos animados y no le han dejado dar el salto a las categorías principales, algo que sólo La bella y la bestia consiguió en 1991.

Cine independiente. No son películas tradicionalmente oscarizables, el mismo obstáculo que han sufrido filmes más o menos independientes como La boda de Rachel, de Jonathan Demme; Happy, un cuento sobre la felicidad, de Mike Leigh; Hunger, de Steve McQueen, o Frozen River, de Courtney Hunt. Algunas han conseguido nominaciones de peso pero escasas: Anne Hathaway a Mejor actriz en la cinta de Demme o Melissa Leo en Frozen River, filme candidato al Mejor guión, al igual que Happy, un cuento sobre la felicidad, mientras que Hunger, con múltiples premios durante el año, ha sido totalmente ignorada.

Todas ellas deberían estar más representadas en la carrera por los Oscar, especialmente La boda de Rachel, con la que Jonathan Demme ha dado una lección de cine sin artificios y muy lejos de las producciones hollywoodienses que le han dado la fama y el Oscar (El silencio de los corderos, 1991).

Al igual que El luchador, de Darren Aronofsky, del que la Academia ha destacado a sus actores -Mickey Rourke en la categoría principal y Marisa Tomei en la de secundaria- pero no a un filme que logró el León de Oro en la última Mostra de Venecia.

Y si hay un apartado lleno de olvidados es el de las películas extranjeras, donde no están los filmes que más han impresionado en 2008. Desde Gomorra del italiano Matteo Garrone, a Leonera, del argentino Pablo Trapero, pasando por Hace mucho que te quiero.

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