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Écija-Laudio, un final cruel para el cuento de los ‘pobres’

El conjunto de José Ángel Garrido se despide de la Copa ante el cuadro vasco después de perdonar varios goles en el primer acto.

el 12 sep 2013 / 11:01 h.

IMG_2601[1] Plata porfía un balón con Larrucea, autor del 0-1. Foto: B. RuizEl escritor del cuento eligió a un malvado para narrar el final de las hazañas coperas de un Écija Balompié inocente y atrevido. Una combinación imperfecta para una categoría, la Segunda B, en la que la única receta posible es asfixiar al rival en la medular, imprimir velocidad a las contras y contratar a un delantero capaz de disfrazarse de piloto para cazar los balones aéreos. Y el conjunto de José Ángel Garrido, un antiguo delantero con alma de entrenador, es un romántico del fútbol. Recurre al juego elaborado, no desprecia el balón y diseña con la calma de los arquitectos de enjundia. Pero en su despacho no milita un punta con fama de goleador y sueldo de jornalero. Plata es una especie de prodigio de la naturaleza por su derroche físico, Javi López un talento por explotar y Juanfri un ‘9’ en proceso de adaptación. Pero en el fútbol el tiempo es una metáfora que atrapa hasta generar ansiedad en los impacientes, especie común en el deporte. En el primer tiempo, el Écija Balompié de José Ángel Garrido, con el depósito en la reserva por la factura de su épica clasificación ante La Hoya Lorca y el despliegue físico exhibido ante el San Fernando, trató de asumir el control de la sala de máquinas, en la que Humberto, Cervera y Núñez buscaron monopolizar la posesión del esférico. Un activo Javi Cabezas alertó de su calidad a la zaga del CD Laudio, típico conjunto norteño con habilidad innata para sobrevivir ante el acoso oponente. Sin la agilidad mental suficiente para asumir una hostilidad, el once de San Pablo recurrió en exceso a los envíos en largo a Plata, cazador furtivo en la selva de Segunda B. La velocidad de los flancos de ataque del cuadro azulino agazapó por inercia al Laudio, que rentabilizó al máximo su aproximación más clara del primer período. Larrucea cazó un balón muerto en el área y, de tiro cruzado, batió al balear Sergio Sanz. El tanto no descompuso a los anfitriones, sin fortuna en sendos lanzamientos de Plata, incapaz de batir al veterano José Carlos, y Cervera, al que retó la madera en una falta desde la frontal del área. En plenos minutos de desconcierto, Sánchez Laso señaló penalti en el área local. Sergio Sanz, sangre fía y corazón caliente, congeló el tiempo y, con unos reflejos felinos, se lanzó a despejar un balón con instinto asesino. Sin tiempo para digerir la hazaña del arquero astigitano, el héroe de la noche ante La Hoya Lorca, el crono consumió sus últimos instantes. Tras la reanudación, Garrido optó por dotar de rapidez y desequilibrio a las bandas. Álvaro Garrido relevó a un apagado Juanfri y en un intervalo de 10 minutos el Écija fabricó dos ocasiones de peligro real. Álvaro Garrido calibró el telescopio y firmó un lanzamiento que se marchó desviado y Plata, un ‘9’ con repertorio, buscó sorprender con una vaselina que se escapó a escasos centímetros de la cruceta. El técnico visitante potenció la medular con Sergio, un perro de presa con ADN de gregario. El Laudio, puro orden, disciplina y calma, perdonó el 0-2 en un chut de Sergio que escupió el poste. El choque era un intercambio de golpes cuando los vascos organizaron una sucesión de pases certeros que cristalizaron en las botas de Del Álamo, que fusiló a Sergio Sanz a placer. La forma más injusta de despedir a una tropa de soñadores. Ficha técnica: Écija Balompié: Sergio Sanz; Toscano, Alejo, Úbeda, Álvaro Ocaña; Núñez (Toni Vela, m. 60), Cervera, Humberto; Javi Cabezas, Juanfri (Álvaro Garrido, m. 46) y Plata (Javi López, m. 67). CD Laudio: José Carlos; Gorka, Oier, Larrucea, Ander; Del Álamo, Eraña (Aguirre, m. 87), Mikel, Joseba (Raúl, m. 41); Muñoz; y Lambarri (Sergio, m. 57). Goles: 0-1 (m. 15) Larrucea. 0-2 (m. 77) Del Álamo. Árbitro: Sánchez Laso, de Extremadura. A los locales Javi Cabezas, Plata, Cervera y Álvaro Garrido; y a los visitantes Ander, Sergio, Eraña y Muñoz. Indicencias: 1.000 espectadores en las gradas de San Pablo. Césped aceptable.

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