Las bajas del profesorado sevillano desde principios de año vaciaron casi por completo el presupuesto consignado para enviar sustitutos a las escuelas e hicieron que la Delegación de Educación agilizara un plan de choque para frenar la tendencia. Los dos primeros pasos consistían en recuperar al personal ausente haciéndoles desfilar por los despachos de la inspección médica de la Seguridad Social. El tercero, quizá el más peliagudo, buscaba el medio de cómo cubrir las bajas más urgentes con el dinero que les había dejado Hacienda para cada mes.
Se optó por seleccionar, en orden de importancia, qué bajas había que cubrir antes y más urgentemente que otras. Pero, ¿cómo saber dónde era más necesario un maestro sustituto? Educación decidió dar prioridad a las bajas en el segundo curso de Bachillerato, el último de la enseñanza postobligatoria, porque es el que sirve de preparación para los exámenes de acceso a al Universidad. "La Selectividad comienza dentro de dos semanas, y no podíamos permitir que un alumno de Bachillerato estuviera dos semanas sin profesor de Lengua antes de hacer un examen tan importante", explican desde la delegación. En estos momentos, las sustituciones en Bachillerato tienen prioridad sobre las de Infantil, Primaria y Secundaria, y así continuará "mientras el desequilibrio entre el elevado número de bajas y el reducido presupuesto para cubrirlas se mantenga". La decisión de priorizar el Bachillerato sobre Secundaria o Primaria corresponde al departamento de Recursos Humanos, o al delegado en última instancia, aunque es el servicio de inspección educativa el que estos días está más encima de los colegios e institutos para vigilar el por qué de tantas ausencias del profesorados. La labor de los inspectores se intensificó en abril, a raíz del plan de intervención de Economía, y a algunos les llegó la consigna de que debían valorar si una sustitución corría más prisa que otra, algo que fue cuestionado porque "legalmente excede la responsabilidad de los inspectores".
Un inspector está obligado a personarse en un colegio siempre que la plantilla del centro supere el 4% de absentismo en un mes. En muchas ocasiones son los directores los que les piden ayuda por la falta reiterada de uno de sus docentes. El inspector educativo puede decidir si la situación de una baja sin cubrir es de urgencia en función del tiempo que lleven los alumnos sin maestro, de la asignatura que curse, de las horas que tenga esa materia a la semana. Pero, cuando el problema es que no hay dinero para abarcar todas las ausencias, elegir cuál de las dos bajas es más urgentes resulta más subjetivo.
