Cuando una persona joven, de menos de 35 años, fallece de repente sin pasar por un periodo previo de enfermedad, en la mayor parte de los casos será debido a un problema cardíaco congénito. La tragedia familiar podría no terminar aquí, pues, según los especialistas en muerte súbita congregados por la Real Academia de Medicina de Sevilla , estos trastornos son frecuentemente hereditarios, y los parientes directos tienen "serias" posibilidades de padecer, sin saberlo, la misma dolencia.
Concretamente el 25% de los familiares de un fallecido por este tipo de dolencia podría padecer la enfermedad. Son datos expuestos por Francisco Trujillo, responsable de la unidad de prevención de muerte súbita familiar del Virgen Macarena, cuya actividad ha revelado que la cuarta parte de los familiares más próximos -hijos, hermanos y padres- de los fallecidos padece también la patología. Unas personas que hoy en día ya pueden recibir un tratamiento específico.
"Hemos de insistir mucho sobre esto, para que los familiares sepan que pueden estar en peligro. Han de ir al médico, cosa que raramente hacen, y contarles lo ocurrido a su familiar, por doloroso que resulte", insiste el doctor Trujillo, que narra el caso de personas que han perdido incluso a dos familiares sin haberse realizado ninguna prueba médica. "Al menos uno de estos fallecimientos -el segundo- podría haberse evitado", señala.
LA GENÉTICA. El estudio presentado por este cardiólogo, premiado con el galardón Doctor Pedrote a la mejor comunicación durante XLVI Congreso Andaluz de Cardiología, analizó entre 2007 y 2009 a más de 100 familiares de 12 personas menores de 35 años fallecidas (o reanimadas) de una muerte súbita cardiaca comprobada. Se encontró en ellos una prevalencia cercana al 25% de la misma dolencia, en su mayor parte (77%) de tipo cardíaco.
En esta "batalla informativa" de cara a los familiares han tenido mucho que ver los forenses sevillanos, que fueron los primeros en comunicarse con los cardiólogos cuando les llegaba un posible caso de cardiopatía hereditaria. Gracias a esta "fluida relación", el equipo del Virgen Macarena pudo ponerse en contacto con los allegados de los fallecidos, a muchos de los cuales se pudo así diagnosticar. "Hemos convocado a familias enteras", explica el doctor Trujillo.
En este sentido Joaquín Lucena, jefe de Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, aporta sus datos: entre 2003 y 2011 se realizaron 6.660 autopsias, de las que un 20%, entre 150 y 180 casos al año, fueron casos de muerte súbita. Una incidencia "similar" a la registrada en el resto de Europa, según el forense. Gracias a este trabajo conjunto se ha podido realizar este estudio. El enfoque multidisciplinar de estos diagnósticos es "primordial" para la detección precoz y certera de estas patologías letales.
