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El 61% de los sevillanos come fuera de casa entre semana

Esto supone un gasto de 220 euros de media al mes, según un estudio.

el 05 feb 2013 / 12:26 h.

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El 61% de los sevillanos come fuera de casa en los días  laborables al no tener tiempo para regresar a su hogar y el coste de  hacerlo es de 220 euros de media al mes, según un estudio elaborado  por la Federación de Usuarios-Consumidores Independientes, FUCI.

De acuerdo a los datos recopilados por el estudio hay un 2 por  ciento menos de trabajadores que comen fuera de casa con respecto a  2010 (63 por ciento) y el gasto medio es también inferior, un euro  menos.

En términos generales, seis de cada diez españoles comen fuera ya  que no tienen tiempo al suficiente para regresar a casa. Esta  situación se da, especialmente, en las grandes ciudades, mientras que  en las más pequeñas como Toledo, Cáceres, La Rioja o Santander el  porcentaje es considerablemente inferior.  

De ellos, el 58 por ciento opta por comer de menú, mientras que  sólo un 4 por ciento come a la carta. También se observa una  tendencia creciente en las personas que llevan la comida de casa al  trabajo (37 por ciento).

Respecto al gasto, que varía según las rentas de cada individuo y  la decisión de donde comer, oscila entre los 100 y los más de 300  euros. Así, el coste medio por persona en España es de más de 217  euros al mes, es decir, un 15 por ciento menos respecto al último  estudio de FUCI del año 2010. El precio varía mucho en función de la  ciudad ya que comer de menú del día en Madrid supone unos 280 euros  al mes, mientras que en Cáceres o Toledo esa cantidad se reduce a  solo 180 euros.

COMBINADO CON EL 'TUPPER'

Para Gustavo Samayoa, presidente de FUCI, este descenso en el  precio se debe a que los restaurantes están realizando "ofertas muy  buenas para captar clientes, a la vez que otros ofrecen comer un solo  plato en vez de primero y segundo, lo cual abarata el coste".  "Además, muchos consumidores combinan el comer fuera de casa con  traer el tupper al trabajo como medida de ahorrar unos euros", ha  añadido.

La elección de los platos también depende de cada ciudad y está  "íntimamente" ligada al clima. Así, en ciudades del norte optan por  platos de cuchara, mientras que en el Levante eligen más las  verduras. Asimismo, los españoles siguen siendo más carnívoros,  aunque crece el porcentaje de las personas que comen pescado. La  mayoría de los consumidores elige restaurantes cercanos a su lugar de  trabajo que disponga de menús económicos con comida casera, frente a  un porcentaje que sigue descendiendo que opta por la llamada 'fast  food'.

Por edades, los españoles de entre 18-35 años optan  mayoritariamente por la tartera, entre los 30-50 años eligen sobre  todo el menú del día. Por último, en el grupo de personas de más de  50 años hay un equilibrio en ambos aspectos. Respecto a la bebida  elegida para acompañar las comidas, cuatro de cada diez encuestados  opta por el agua. De las bebidas alcohólicas, la cerveza sigue  ganándole la partida al vino.

Aunque más de la mitad de los encuestados reconoce que alguna vez  en su vida se han sentido engañados a la hora de comer, tan sólo un 6  por ciento asegura que ha puesto una reclamación para denunciar algún  tipo de agravio. Entre las quejas más comunes se encuentran las  facturas inadecuadas (51 por ciento), mal servicio (23 por ciento),  falta de higiene (11 por ciento), exposición inadecuada de alimentos  (6 por ciento), inexistencia de lista de precios (5 por ciento) y  negación de las hojas de reclamaciones (3 por ciento).

La FUCI recuerda que en materia de restauración existen una serie  de obligaciones que deben cumplir los establecimientos, como mostrar  en lugar visible -en el interior y exterior- la lista de precios de  todos sus servicios, indicando si existe alguna diferencia por el  lugar donde se realice el consumo -mesa, barra o terraza- o que los  precios deben ser globales, no se pueden indicar ni cobrar el  servicio, el cubierto, la carta, la reserva o cualquier otro concepto  similar.  

Asimismo, no se puede cobrar por servicios -como el pan o  aperitivos- que no solicitemos siempre y cuando los rechacemos y no  los consumamos y está "especialmente prohibido" poner precios según  mercado ya que en todos los casos los servicios que se cobren deben  venir claramente especificados.  

Los restaurantes deben ofrecer al cliente una carta de platos y  una de vinos redactados en castellano y las cartas deberán indicar  además los "menús de la casa", que son "obligatorios" y que incluirán  en todo caso los servicios de pan, vino y postre para los  restaurantes y "plato de la casa" para las cafeterías.  

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