Un día después de que el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, lanzara de forma oficial la idea de un gran Pacto por Andalucía y convocara al PP andaluz para explorar el diálogo, las reacciones de los grupos políticos se inclinaron hacia el descrédito y la descalificación de ese acuerdo. Lo más llamativo fue la división en las filas de Izquierda Unida, socios del Gobierno andaluz, donde una parte, el ala más dura, la CUT-BAI, aseguró que esa oferta de diálogo intenta "tapar las inutilidades" del Gobierno andaluz y "engañar" al pueblo.
Otra parte de IU informó de que ha empezado la recogida de firmas para exigir un referéndum en contra de las políticas de recortes del PP. Los socios de Gobierno siempre han insistido en que el gran Pacto por Andalucía debía de traducirse en una gran movilización social y en un referéndum contra las políticas del Gobierno. El presidente de la Junta eludió en su comparecencia del pasado martes esa cuestión y tendió la mano a un gran acuerdo con el PP. En las filas de IU hay un coro de voces que discrepan de la necesidad de sellar acuerdos con el PP cuando hay profundas diferencias sobre las políticas para salir de la crisis.
Antes de que los líderes políticos hayan comenzando ni siquiera a sentarse a la misma semana, todo indica que ese gran acuerdo por Andalucía es muy complicado. Griñán apostó por un acuerdo "de abajo a arriba", que implique a diferentes colectivos sociales y económicos y que trascienda a los protagonistas tradicionales de la concertación social, los sindicatos CCOO y UGT y la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Sin embargo, aún no hay ni calendario ni metodología de trabajo. En un principio se barajó el 28 de febrero, Día de Andalucía, como fecha clave para presentar el acuerdo. Además el Gobierno andaluz se propuso renovar el acuerdo de concertación social en el primer trimestre de 2013. Griñán eludió cualquier plazo al presentar oficialmente esa hoja de ruta política que ya presentó en julio.
Desde la CUT-BAI su secretario de Organización, Manuel Rodríguez, aseguró que el pacto promovido por el presidente andaluz pretende "tapar las inutilidades" del Gobierno andaluz y "volver a engañar" a la ciudadanía, "al igual que el 4 de diciembre de 1977". Desde el ala más dura de IU, que siempre se ha opuesto al pacto de Gobierno con los socialistas, advirtieron de que 35 años tras el acceso a la autonomía, la distancia de Andalucía con otras comunidades "es aún mayor". La petición es una vez más que el Gobierno andaluz se diferencie de los recortes de Rajoy. Por su parte, IU de Huelva ha iniciado la recogida de firmas para exigir un referéndum vinculante sobre "la oleada de recortes" del PP.
Tampoco el Partido Popular de Andalucía dio demasiada credibilidad a la posibilidad de un acuerdo. En rueda de prensa, el secretario general del PP-A, José Luis Sanz, señaló que su partido no espera "absolutamente nada" del encuentro que el lunes mantendrán Griñán y el presidente de los populares andaluces, Juan Ignacio Zoido. "Los precedentes no son buenos", sostuvo Sanz, que aseguró que el presidente andaluz "no está en condiciones de ofrecer absolutamente nada". La impresión en las filas de la oposición es que este gran pacto nació con la intención de "marginar" al PP y confrontar con el Gobierno, de ahí que desconfíen de la oferta de diálogo. La primera condición de los populares fue celebrar un debate en el Parlamento para definir el acuerdo e iniciar las negociaciones. PSOE e IU lo rechazaron ayer al unísono. Por su parte, el vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, a quien Griñán señaló como interlocutor con los partidos, aseguró ayer que el pacto no es "contra nadie" y advirtió al PP-A que tiene una "responsabilidad" con Andalucía antes que con Rajoy. H
