I. Carretero / I. Morillo
El PP andaluz cerró filas con Arenas y Rajoy tras la derrota del domingo. Nadie públicamente cuestiona sus liderazgos si bien un hombre de peso como el alcalde de Málaga salió ayer a exigir que el PP se sitúe cada vez más en el centro. Alcaldes con tirón podrían situarse para mostrar una nueva cara del partido, más moderada.
"Reconocimiento y felicitación" hacia Javier Arenas. Es el cuadro que ayer dibujó el secretario general del PP andaluz, Antonio Sanz, que en su primera comparecencia tras la derrota dejó muy claro que el crédito del candidato andaluz no puede estar en duda con "el mejor resultado de la historia". De la mano de Javier Arenas llegará el cambio en 2012, proclamó Sanz para no dar espacio a especulaciones sobre si el líder popular dará un paso atrás tras su tercera batalla electoral perdida. Tampoco en el Partido Popular andaluz, zanjó Sanz, hay debate sucesorio.
Aunque la doble derrota del PP no haya destapado la caja de los truenos, si se discute por dónde hay que caminar en el futuro y si debe de haber cambios de calado en la cúpula. El debate nacional tendrá sus repercusiones. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, defendió que el PP debe dirigirse "cada vez más claramente hacia los espacios del centro y la moderación" porque es ahí donde ha pescado votos.
Precisamente Arenas ha realizado su campaña acentuando su perfil más centrista para pescar en el voto desencantado del PSOE. La imagen moderada cultivada por el andaluz contrasta con el tono duro que ha imperado en el PP nacional durante toda la legislatura con capitanes como Ángel Acebes o Eduardo Zaplana, enemistado con Arenas. Ayer el dirigente andaluz llegó a Génova con un mensaje muy claro: "El PP de Andalucía está con Rajoy" porque "ha conseguido consolidarse de forma importante en el centro".
Arenas, pese a no tener poder autonómico y estar ausente de Madrid, es una pieza importante en el PP nacional ante el próximo congreso. Su apoyo a Rajoy, secundado por Celia Villalobos o Teófila Martínez, puede prestarle una gran estabilidad si otros sectores quisieran moverle la silla. Andalucía, al igual que Valencia, aporta un número muy importante de compromisarios al cónclave. Y tanto Arenas como su amigo Francisco Camps se mueven más cómodos en el ala moderada, lejos de Esperanza Aguirre o Zaplana.
El PP andaluz se reúne hoy para analizar su estrategia. Si el viaje al centro que reclaman a Rajoy se consolida también en Andalucía y va más allá de una estrategia de campaña, Arenas podría poner el foco sobre nuevos valores. Renovó su equipo en 2004 pero existen figuras al alza, sobre todo alcaldes, que el propio presidente del PP andaluz ha mimado y situado como "garantías de futuro". Han ido en las listas pero su peso, en muchos casos, no se traduce aún en cargos. Una nueva etapa, con un congreso del PP andaluz en otoño, podría posicionarlos mejor. Algunos son señalados como delfines si Arenas se va. Su segundo espada, Antonio Sanz, y los munícipes Juan Ignacio Zoido, José Antonio Nieto, Ángeles Muñoz, José Luis Sanz, Carlos Rojas o Santiago Pérez están en esa lista.
En otro escenario se sitúa el presidente del PP en Málaga, Joaquín Ramírez, que ayer aseguró que los buenos resultados en su provincia "refuerzan" su intención de aspirar a la reelección. Ramírez fue retirado por Arenas de las listas tras un conato de crisis en Málaga. Para su compañera Esperanza Oña, tres en la ejecutiva andaluza y alcaldesa de Fuengirola, Ramírez exigió puestos importantes. Oña no se sitúa precisamente en el ala moderada.
