Las cuentas no salen. El Ayuntamiento no puede hacer frente al nivel de gasto actual ante el previsible descenso de los ingresos propios y de las transferencias del Estado. El alcalde lanzó ayer una advertencia: o hay financiación estatal y autonómica o habrá que recortar los servicios municipales.
La tradicional asfixia del Ayuntamiento de Sevilla –al igual que en el resto de capitales– se ha agravado este año hasta el punto de que el alcalde lanzó ayer una petición de auxilio a las administraciones estatal y autonómica. Para 2010, no hay forma de cuadrar los presupuestos. Van a bajar los ingresos propios y las transferencias del Estado, que representan una tercera parte de los ingresos, y al mismo tiempo subirán los gastos derivados de la puesta en funcionamiento de nuevos servicios y equipamientos. “Va a haber un menoscabo de los servicios que prestamos a la ciudadanía. Los ayuntamientos estamos en un estado de emergencia. Podemos plantearnos medidas paliativas como subir la presión fiscal, o endeudarnos más –aunque la capacidad es muy limitada–, pero lo que se debe resolver es la insuficiente financiación de otras administraciones. Es prioritario y urgente. Necesitamos recursos de la Hacienda Estatal y autonómica para mantener los servicios esenciales”, apuntó el alcalde, quien instó a acelerar las reformas locales previstas por el Gobierno central y andaluz.
La situación de emergencia no es nueva, pero este año se ha agravado sensiblemente. Si en los últimos años el saldo presupuestario ha sido positivo y ha bajado el endeudamiento –con la excepción de las Tussam y Lipasam, una con su plan de estabilidad ya en marcha, y la otra a punto de aprobarlo la próxima semana–, en las cuentas de 2010 no será así.
Este agravamiento de un mal endémico se produce por dos factores. El primero, el incremento de los gastos. Aunque se congelen sueldos, y se realicen pequeños recortes de algunas partidas, el grueso del gasto corriente –el capítulo de los presupuestos que recoge las partidas para mantener los servicios de competencias del Consistorio– sube todos los años. Este año se lleva 301 millones de euros, un 12% más que el ejercicio anterior. Y para 2010 se prevé que se dispare por la puesta en funcionamiento de todos los equipamientos e instalaciones construidas por el plan extraordinario de inversiones. Estos nuevos servicios hay que mantenerlos, hay que comprar materiales y hay que contratar servicios externos o ampliar la plantilla municipal, lo que incrementaría el capítulo de personal, que se lleva 500 millones de euros. Son numerosos los ejemplos: los 30 nuevos kilómetros de carril bici hay que mantenerlos y los nuevos jardines hay que cuidarlos.
Y hay un segundo factor: la caída de los ingresos. La principal fuente de financiación del Ayuntamiento, casi una tercera parte del total, son las transferencias del Estado que llegan principalmente por dos vías: la participación en los tributos y el Fondo Complementario de Financiación. Hacienda aguarda la Ley de Presupuestos del Estado, pero las previsiones no son buenas. Por un lado, el Gobierno ya ha anunciado la caída de la recaudación, lo que influirá en la elaboración de las cuentas de 2010 y en la participación de los ayuntamientos en los impuestos. De momento, la crisis se ha notado en estas partidas. En 2008 Sevilla recibió 13,5 millones de euros por este concepto; y en 2009 la cifra bajó a 12,3. En 2010 puede caer aún más. En segundo lugar, las transferencias corrientes. De momento, no se ha notado un descenso en los últimos ejercicios, pero el Gobierno central ya ha anunciado públicamente sus dificultades ante los presupuestos de 2010.
La segunda fuente de ingresos municipales son los tributos y tasas. Y dentro de este capítulo hay dos cuya caída empezó en el presente ejercicio y que se desplomarán en 2010. Por el Impuesto de Construcciones el Ayuntamiento tenía previsto recaudar este año 18,9 millones y por el Impuesto de Plusvalías, 17,2 millones. La previsión presupuestaria para 2010 se basa en los derechos adquiridos en 2009. Y Hacienda ya avisa: caerán un 20%. Más de siete millones.
