"Después de tres generaciones, los que estamos en peligro de extinción somos nosotros, no va a desaparecer el atún sino los almadraberos, los que mejor los pescamos y los cuidamos, porque se está primando a nivel internacional a los que no saben y lo capturan indiscriminadamente", relata Ambrosio, vicepresidente de la cofradía de pescadores de Barbate.
Gobierno y Junta se reúnen hoy para buscar una solución que garantice la rentabilidad de las almadrabas gaditanas y el mantenimiento del 100% del empleo. Tanto el sector como el Ejecutivo andaluz han cifrado en unas mil toneladas las necesarias para garantizar esa rentabilidad. De hecho, marineros y empresarios ven un sinsentido fijar cuotas anuales porque hay años mejores y peores y, si en 2009, el tope de 1.200 toneladas dejó sin faena al sector dos meses antes de lo previsto -con atunes en las calas-, en 2008 no hubo ejemplares para llegar a las 1.400 previstas.
El Gobierno ya ha rechazado el intercambio de cuotas entre comunidades autónomas (la española se reparte también entre el País Vasco, Cataluña y Levante) y reconoce difícil lograr que otros países europeos le cedan parte, pues la restricción afecta a todos.
Las posibilidades se centran ahora en el intercambio de cuotas entre flotas de otras modalidades de pesca a las almadrabas o fórmulas para complementar, entre Gobierno y Junta, los ingresos económicos de los trabajadores de éstas, con trabajos de prospección o científicos.