Los vecinos de La Algaba podrán disfrutar de un parque urbano en el núcleo del municipio, donde desde 1835 existe el que ya es el antiguo cementerio de San Sebastián. Aunque hace ya 18 años que no se realiza ningún enterramiento en el mismo, cuando se construyó el nuevo tanatorio y Campo Santo de San Bartolomé, los últimos restos fueron retirados paulatinamente a lo largo de este año.
Los trabajos de derribo comenzaron el pasado 2 de diciembre después de que el Ayuntamiento haya realizado de oficio la exhumación de un total de 542 cuerpos desde marzo hasta junio. Y es que el crecimiento natural de la localidad ha llevado a rodear este lugar de viviendas de nueva construcción y un polideportivo, como relatan Fernando Sánchez y Juan José Román, de SYR Arquitectos, la empresa local encargada del nuevo proyecto del parque.
El lugar se convertirá en una gran zona verde que será el pulmón de la localidad, tal y como apuntan el alcalde, Diego Manuel Agüera, para el que ya era hora la clausura definitiva del viejo cementerio. No faltarán los homenajes a las personas enterradas en ese lugar ya que, aunque la gente lo ha acogido con agrado, hay también mucho sentimiento. Y es que, además del recuerdo de los vecinos, en ese lugar también estaban enterrados los algabeños y algabeñas que murieron en el derrumbamiento del puente viejo en 1924, que tendrán su merecido reconocimiento, señala Agüera.
Los habitantes han acogido la decisión con agrado, en palabras del regidor. Me parece magnífico, afirma Mauricio Carranza, panadero local del famoso pan de La Algaba. Su negocio linda con el cementerio y para él ya no debería estar ahí porque hay personas para las que no es agradable vivir junto a este lugar. Su mujer, Adela, asegura que no le dará a nadie reparo acudir al nuevo parque con los niños ya que hace mucho tiempo que no se entierra a nadie y el cambio dará mucha vida a la zona.
El nuevo proyecto conservará algunos de los cipreses pero ninguna de las construcciones del interior por carecer de valor artístico, apostillan los arquitectos. Además, a la hora de hacer un parque, había que eliminar cualquier vestigio que recordara el anterior uso de la zona. Precisamente por ese recuerdo es por lo que se recurre a la construcción de una zona de recreo, ya que una urbanización residencial no tendría ningún éxito ya que existen numerosas personas que no quieren vivir de ninguna forma encima de lo que antes había sido un lugar para el descanso eterno de los muertos.
El solar tiene un total de 5.233 metros más una zona exterior de unos 500 metros que servirá de puerta de entrada. Dos avenidas en forma de Y griega dividirán en tres la parcela y darán salida también al polideportivo, al que actualmente sólo se puede acceder bordeando la manzana. De este modo, con el proyecto se consigue un gran impacto en toda la trama urbana. Las tres áreas se repartirán entre un estanque, una gran plaza en terrizo con bancos y arbolado y una tercera con castillos de juegos para los niños. También habrá circuito de fitness y biosaludables para las personas mayores.
Los materiales usados son bastante novedosos, ya que tanto el mobiliario urbano como el albero del suelo necesitan un mantenimiento mínimo, que es lo más costoso luego para los ayuntamientos. La vegetación terminará de dibujar esta zona con ejemplares de jacarandá, fresnos, madroños y los cipreses y palmeras originarios que sí que darán al menos una pista de lo que antes tuvieron a sus pies. El proyecto tendrá un coste total aproximado de 400.000 euros y arrancará cuando se termine con la demolición total de ese cementerio viejo que pronto pasará a la historia de La Algaba.
