La excavación que se viene ejecutando en el Patio de Banderas está destapando el enclave en el que nació lo que hoy llamamos Sevilla hace casi 2.800 años. Pese a lo mucho descubierto, aún quedan incógnitas por resolver, por lo que el arqueólogo pedirá que se excaven 150 metros cuadrados más.
La excavación lleva unos días parada por el descanso de los profesionales, pero la próxima semana se retomará. Será entonces cuando Miguel Ángel Tabales, arqueólogo director de los trabajos, planteará a los responsables del Alcázar "la necesidad de ampliar la zona de excavación otros 150 metros cuadrados en la zona de influencia del baptisterio de San Vicente excavado hace décadas por Bendala, es decir, desde la fuente central del patio hacia la puerta de acceso al Patio de Banderas".
"Los resultados que arroje esta nueva zona -sigue Tabales- nos permitirían de un modo definitivo poder tomar una decisión sobre si es conveniente, de interés y factible hacer una cripta subterránea y si ésta puede ser cerrada o abierta al público".
La excavación actual, planteada en dos fases (unos 350 metros cuadrados en forma de L) y a la que le queda en torno a un mes de trabajo para su fin, ha supuesto una inversión por parte del Patronato del Alcázar de 350.000 euros. Ampliar la excavación costaría, según calcula Tabales, unos 200.000 euros más.
Antes de que el patronato decida si asume esa nueva inversión habrá de tomarse otra decisión clave para que los arqueólogos puedan avanzar. En este caso, será la Consejería de Cultura la que deba dar el visto bueno al levantamiento de buena parte de las estructuras emergentes, condición sine qua non para poder alcanzar las cotas inferiores.
En concreto, hay una potente cloaca islámica que cruza buena parte del yacimiento que tapona el acceso a los estratos más antiguos. Lo mismo sucede en otras zonas, donde se apelotonan restos de hasta cinco edificaciones, unas islámicas, otras romanas y, sobre todo, una suculenta fosa del Bronce final a cinco metros de profundidad que representa el origen de lo que hoy conocemos como Sevilla.
"En esa fosa está contenido el nacimiento de la ciudad, y por muy pobres que puedan ser a la vista los restos de una cocina comunal, tienen un valor histórico y emotivo grandísimos", valora Tabales, quien recuerda que son las huellas de los primeros sevillanos.
Otra de las claves que resta por esclarecerse es cómo salvaron los romanos, hacia el siglo II de nuestra era, la vaguada natural hacia el Tagarete que presentaba el enclave en esa época. "Sospechamos que podría haber una muralla que, de aparecer, sería la más antigua de Sevilla; pero también pudieron haber resuelto esa defensa frente a las crecidas del río con un sistema de terrazas.
Para averiguarlo es esencial seguir excavando hasta alcanzar esos niveles en la zona media del Patio de Banderas, que es donde sabemos, por el sondeo que hicimos en 1999, que está ese potente escalón". En ello concentrarán los esfuerzos la próxima semana.
Las claves:
Cripta: Es tal el nivel de los restos que la posibilidad de abrir una cripta visitable es cada vez más diáfana. Eso sí, la plaza mantendría su estética.
Túnel: Galindo negocia con Patrimonio Nacional la cesión de la casa del nº 15. Sería un centro de interpretación del que partiría un túnel a la cripta.
El origen: Bajo el Patio de Banderas se halla el lugar en el que se puede decir que nació Sevilla. Una fosa con restos de hace casi 2.800 años lo atestigua.
Más hitos: Además, han aparecido un potente edificio vinculado al viejo puerto, restos asociados al baptisterio de San Vicente y una vistosa cloaca islámica.
