Cultura

El arte como expresión autista

Una exposición muestra la obra de un joven con autismo como ejemplo del aprendizaje visual característico de este trastorno

el 15 feb 2014 / 23:00 h.

Jaime Martínez y Amélie Mrg, protagonistas de la muestra. Jaime Martínez y Amélie Mrg, protagonistas de la muestra. Jaime Martínez tiene 19 años y es autista. Actualmente sabe leer y escribir, va al colegio y ya habla algo, pero cuando era pequeño, la única forma que encontraron sus padres para comunicarse con él fue a través de los dibujos. «Por nuestro trabajo, mi marido es arquitecto y yo soy diseñadora, dibujamos mucho y vimos que le gustaban, le llamaban la atención, y nos resultaba más fácil comunicarnos con él y captar su atención así, porque los autistas son muy visuales, entienden mejor las imágenes que las palabras» explica Sole Alonso, su madre. Jaime, como suele ocurrirle a las personas autistas, no expresa sus sentimientos y emociones como el resto por lo que cuando hace unos días vino a Sevilla (la familia vive en Madrid) a la inauguración de una exposición con tres de sus pinturas, su madre reconoce que no sabe si le gustó pero «saludó a todo el mundo y a Jaime no le gusta la gente, se le veía feliz». Colorismo es el título de la exposición en la que pueden verse hasta el 8 de marzo en el nuevo espacio artístico La Casa Tomada (en la calle Muro de los Navarros) las obras de Jaime en interacción con las de la artista francesa afincada en Sevilla Amelie Mrg. Es la primera exposición en Sevilla de la ONG Aprendices Visuales, una iniciativa que busca promover la sensibilidad social y el conocimiento sobre la realidad de las personas autistas. Su impulsora es la arquitecta Miriam Reyes, natural de Cádiz pero también afincada en Sevilla, que se acercó a este mundo cuando escribió «en plan casero» un cuento ilustrado, El calzoncillo de José, para que su primo autista dejara el pañal. Colgó el cuento en la red para ayudar a otras familias y el éxito fue tal que creó la ONGpara lanzar dos colecciones destinadas a este público, Aprende «para los más pequeños», para la que ya tienen 15 títulos en cartera, y Disfruta, destinada a su entrenimiento y que acaba de iniciar con El oledor explorador. De momento han conseguido patrocinio para la edición digital y la aplicación para leerlo en el móvil algunos de ellos mientras buscan ayuda para editarlos en papel. De El oleador han repartido algunos ejemplares en asociaciones que trabajan con autistas. Se trata de cuentos muy ilustrados y fue así como entró en contacto con Amelie Mrg, con la que fundó la ONGjunto a otras dos arquitectas. «Los chicos con autismo son muy visuales para aprender por lo que tienen mucho talento a la hora de expresarse artísticamente y a través de Amelie empezamos a organizar también exposiciones» explica Miriam. Colorismo es la primera muestra que realizan en Sevilla ya que a través de asociaciones de autismo han realizado anteriormente experiencias en Madrid, donde conocieron a Jaime, con quien decidieron montar esta muestra. Aunque la especialidad de Jaime son los dibujos de animales «porque le encantan» y suele pintar «todas las cosas que le importan en la vida», en esta muestra las obras que pueden verse se titulan Sol, Fuego y Luz. «Son cosas muy potentes que siempre le han impresionado mucho, cómo sale y se pone el sol, el fuego y Luz representa unos focos que vio una vez en una discoteca de los que apuntan al techo y le impactaron», explica su madre. No es la primera exposición de Jaime, que ya participó en una muestra con su tía, pintora, en Madrid. Lo que comenzó como una forma de comunicación entre padres e hijo se ha ido convirtiendo en una afición cada vez mayor y actualmente, a través de una asociación de autismo, Jaime aprende técnicas de pintura «y le divierte probar cosas nuevas» o «reinterpretar cuadros del Museo Reina Sofía al que les llevan para que pinten obras allí expuestas». Al margen de que entre los autistas es habitual utilizar pictogramas para el aprendizaje, Sole cree que la pintura es para su hijo «su vía de escape». «Le cuesta expresar correctamente sus emociones, no sabes por su cara si está alegre o triste. A veces a lo mejor está repitiendo sistemáticamente palabras y sabemos que le pasa algo pero no sabemos qué y a través del dibujo lo entendemos mejor», relata. Además de autista, Jaime padece epilepsia y «no todos los días está igual. Cuando está próximo a sufrir un brote le cuesta concentrarse más y con imágenes atraemos mejor su atención». La bidireccionalidad inherente a toda comunicación es la principal dificultad de los trastornos de espectro autista, de origen neurobiológico y con múltiples variedades pero que presenta similudes en en casi todos los casos como son las dificultades de socialización, comunicación y capacidad de abstracción e imaginación, de ahí que el aprendizaje sea más facil con representaciones gráficas.

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