Robert Haw-kins, un norteamericano anónimo de 20 años hasta el martes pasado, se convirtió al día siguiente en el autor de ocho asesinatos a los que tiroteó en un centro comercial de Omaha, en Nebraska, minutos antes de suicidarse de un tiro en la cara. Dejó un mensaje, una nota escrita en casa de su madre: "quería morir con estilo".
Hawkins sabía lo que hacía. Horas antes de cometer la matanza, el presidente estadounidense, George W. Bush, había estado en Omaha, visitando la ciudad en un acto electoral, pero se marchó antes de que comenzara el tiroteo. Bush señaló en un comunicado que se "siente profundamente consternado" por lo ocurrido y dijo confiar en que los afectados por el tiroteo de Omaha "podrán hacerse fuertes y consolarse mutuamente a la hora de enfrentarse a la tragedia".
En un supermercado. El pistolero fue hallado muerto en la tercera planta del centro comercial con una herida que se había auto infligido. Sus víctimas fueron encontradas en el segundo piso y parte del tercer nivel de la zona de tiendas.
El joven, que iba vestido con un chaleco y un corte de pelo militar, dejó una nota en su casa, hallada por su madre, en la que aseguraba que "quería morir con estilo", según reveló la cadena KETV.
Según varios testigos presenciales, el atacante inició los disparos a bocajarro desde una de las barandillas del tercer piso del centro comercial.
La policía tuvo conocimiento de los hechos tras recibir una llamada de una de las personas que se encontraban en el interior del centro comercial en el momento de los hechos e "incluso se podían escuchar los tiros", agregó la Policía en una conferencia de prensa improvisada en los alrededores del lugar. La zona fue acordonada y a ella acudieron vehículos de la Policía, los Bomberos y ambulancias.
