Cada concierto de El Barrio en Sevilla es un acontecimiento. Así, al menos, se vivió el sábado por la noche la aparición de José Luis Figuereo en el Polideportivo San Pablo de la ciudad, donde al cantautor gaditano le esperaba una marea de sombreros negros dispuestos a rendirse ante cada acorde.
Empezó José Luis Figuereo su actuación del sábado en Sevilla, a donde llegó gracias a las giras de invierno organizadas por Movistar, con Nos fuimos a Madrid, carta de presentación de su último disco, La voz de mi silencio. Un lleno hasta la bandera sobrecogió al cantante gaditano, que no se dejó intimidar por la legión de seguidores que tomaron casi literalmente el Polideportivo San Pablo ataviados con el sombrero que ya se ha convertido en el símbolo de la nueva canción andaluza.
El rock andaluz y el flamenco, las dos grandes inspiraciones de José Luis Figuereo, el hombre que hay detrás de El Barrio, comenzó a fluir pasadas las diez de la noche en un concierto en el que el gaditano volvió a demostrar que tiene en la innovación y la apuesta por el mestizaje sus señas de identidad.
Este cantautor, inconformista con los patrones establecidos, presentó en Sevilla La voz de mi silencio -que ya es disco de platino- con una actuación muy especial, en la que intercaló éxitos de discos anteriores como El comienzo y Bulería, que llevó al público hasta el -éxtasis, con sus temas más recientes, que el público coreó como si ya fueran clásicos. Aunque lo mejor, como en las bodas de Canán, estaba reservado para el final.
Después de dos horas de concierto, El Barrio dio por terminada su actuación en Sevilla con El himno de los barrieros, del último disco. "Somos los barrieros, venimos todos a una, debajo de mi sombrero, mi alma blanca, blanca como la espuma. Orgullo de barriero, bohemios y soñadores, no tenemos más fortuna que nuestra luna, el sombrero y las canciones". Éste puede ser el mejor resumen de la noche.
