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El beticismo reclama el cambio

Habrá un antes y un después del 15-J vivido ayer en las calles de Sevilla, tomadas por más de ¡60.000! béticos para decirle basta a Lopera y reclamar un Betis libre. La manifestación desbordó todas las previsiones y el beticismo dejó muy claro que ha llegado el momento del cambio.
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el 16 sep 2009 / 04:16 h.

manifestacion betis 15 j

Habrá un antes y un después del 15-J vivido ayer en las calles de Sevilla, tomadas por más de ¡60.000! béticos para decirle basta a Lopera y reclamar un Betis libre. La manifestación desbordó todas las previsiones y el beticismo dejó muy claro que ha llegado el momento del cambio. Más de 60.000 béticos -según la organización, 40.000 para el CECOP- se echaron a la calle en Sevilla para mostrar su hartazgo a Lopera y reclamar un cambio en la gestión al frente del club. El día antes ya se habían manifestado una avanzadilla en Benidorm y ayer también lo hicieron varios miles en puntos tan diversos del orbe como Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Montilla, Lepe, Valdepeñas, Londres, Pristina, Bruselas, San José (EEUU) o Nueva York. Pero lo de Sevilla superó todas las previsiones, pues ni los más optimistas de los convocantes esperaban una asistencia así. "A ver si al menos vienen entre diez y quince mil", comentaba Pepe Tirado, presidente de PNB, al filo de las siete de la tarde frente a la Puerta de Correos, donde los Béticos Veteranos pronto agotaban sus miles de banderas y pegatinas entre los más madrugadores. Pero la marea verde fue subiendo conforme se acercaban las 20.30 horas hasta desbordarse por completo e inundar el casco histórico de Sevilla con los colores verdiblancos de la paz y la esperanza. Desde el balcón del grupo popular en el Ayuntamiento (chapeau por tu gestión Beltrán Pérez) la panorámica era acongojante a eso de las nueve y media de la noche: habían desfilado ya más de 20.000 béticos por delante -imposible agrupar a tantos en la Plaza Virgen de los Reyes- cuando pasó la cabecera de la manifestación, con los Béticos Veteranos, los hermanos Vázquez, José Rodríguez de la Borbolla, Alfonso Jaramillo, Rafa Gordillo y los campeones del 77 (Cardeñosa, Bizcocho, Alabanda, García Soriano, López...) al frente y una interminable ristra de béticos detrás que daba la vuelta a la Catedral y 'acolapsaba' por completo la Avenida de la Constitución, ya 'acolapsada' un buen rato antes con decenas de miles de béticos que cogían posiciones en la Plaza Nueva. Familias enteras de béticos, abuelos, padres, hijos y nietos, ex futbolistas y ex técnicos, políticos de toda índole, ex directivos, empresarios de renombre como Pepe Moya y Ramón Bordas a quienes ahora tocará coger las riendas de la transición junto a otro puñado de béticos preparados y capaces. Béticos de toda raza, edad y condición social, béticos del universo, de Tocina, Gelves, Mairena, Coria, Estepa o Marilaneda, béticos que se hartaron de clamar por un Betis libre y derramaron lágrimas que no eran ni de alegría ni de pena, sino de emoción y rabia por la situación que el club, su Betis, er Beti de toda la vida, está viviendo bajo el yugo de Lopera. Hartos de estar hartos. Y es que los béticos del universo se han hartado de promesas incumplidas, menosprecios y engaños y ayer decidieron alzar su voz para que de una vez por todas sea tenida en cuenta. De ahí que ayer 'acolapsaran' la Avenida de la Constitución de forma pacífica y civilizada para encaminarse con cánticos y proclamas contra Lopera hacia la Plaza Nueva, la misma en la que hace poco más de cuatro años celebraron con alegría y alborozo la clasificación para la Champions o la consecución de su segunda Copa. Pero esta vez no era la alegría la que les motivó a echarse a la calle, sino el hartazgo. Las lágrimas del pasado 31 de mayo por el ominoso descenso a Segunda división se transformaron en gritos de protesta y reclamo para devolver al Betis su identidad y la dignidad perdida en 17 años de loperismo, que si bien es cierto que tuvo momentos de esplendor deportivo, ya lejanos, nunca supo salvaguardar la particular idiosincrasia de este emblemático club, cuyo prestigio ha ido deteriorándose de manera progresiva con el paso de los años. Y los béticos, miles y miles de béticos, una barbaridad de béticos - ahí están los videos para quien quiera contarlos, uno a uno-, hartos de mentiras y promesas incumplidas, han dicho basta. Y ayer se echaron en masa a la calle para que se les oiga y tratar de hacer recapacitar a quien maneja los dineros pero nunca podrá ser dueño del sentimiento bético, que es mucho más que un escudo, una bandera o un puñado de acciones.  

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