Rafael Gordillo y José Antonio Bosch.
El Betis anda metido en dos frentes fundamentales que deben de tener a sus rectores estresados perdidos. Uno es el presente, es decir, el ascenso del equipo a Primera División. Y otro es el futuro, que a grandes rasgos pasa por la convocatoria de la junta ordinaria de accionistas que no pudo celebrarse en 2010, la ampliación del consejo de administración y el hallazgo de un presidente que sustituya a Rafael Gordillo. Como subir a la división de honor es más cosa de Pepe Mel y su plantilla, el consejo se centra desde hace semanas en preparar la asamblea en la que deben aprobarse las cuentas del ejercicio 2009-10, el presupuesto del 2010-11 y la ampliación de un órgano del que saldrán dos o tres consejeros y en el que continuará Rafael Gordillo, que clausurará su presidencia cuando termine la temporada.Por orden cronológico, lo primero es encontrar una fecha para la junta. El consejo está esperando que finalice la revisión contable de los datos auditados para conocer al milímetro a dónde ha ido a parar cada céntimo gastado y así estar en disposición de responder cualquier duda que le planteen los accionistas. El repaso está siendo complejo, pero José Antonio Bosch adelantó ayer que los especialistas tienen como fecha tope el 17 de abril para presentar su informe. Cuando la documentación obre en poder del consejo, habrá convocatoria. "Llevamos un retraso de dos o tres semanas sobre lo previsto, así que la junta se irá ya a mayo, posiblemente a la primera quincena", calculó el vicepresidente.
De esa junta saldrá también un nuevo consejo, pero no un nuevo presidente. Gordillo permanecerá en el cargo hasta que acabe la Liga porque el consejo entiende que un cambio de dirigente en el último mes de competición puede interferir en la marcha del equipo de fútbol en un momento clave. También seguirá con casi toda seguridad Bosch, según admitió él mismo: "Lo razonable es que continúe en el consejo. Tengo que controlar que se dé un buen uso a los fondos del club para que se revaloricen las acciones de Farusa y uno de los mejores sitios es dentro del consejo", argumentó el vicepresidente.
Cuando el campeonato toque a su fin, el Betis sí deberá tener otro presidente. El del Cajasol de baloncesto, Juan Carlos Ollero, es el primero en confesar públicamente que aceptaría el reto, aunque al mismo tiempo piensa que un cargo así "debe representar a los grupos sociales capaces de levantar el Betis". Bosch no descarta a Ollero, pero también espera "que haya muchos béticos y sevillanos de pro que se ofrezcan a esta tarea". "El que se meta en este proyecto lo va a disfrutar", garantizó.
