-->-->--> El Betis vuelve a gozar de un mullido colchón de seis puntos sobre el tercero, el doble de los que tenía el pasado domingo, gracias a los cuatro sumados ante Barça B y Córdoba y al empate del Celta en Girona. El de ayer fue el partido de despedida de Luis Oliver, que hubiera pasado inadvertido en el palco de no ser por la presencia de Mario Conde como invitado. La afición bética pasó por completo del navarro, que el jueves presumía de contar con todo su apoyo por el “respetuoso minuto de silencio” (sic) que se guardó a su fallecido padre en el choque ante el Barça B.
El caso es que a Oliver nadie lo jaleó en su despedida pese a que deja el Betis en una situación deportiva encomiable, pues todas sus intentonas por ganarse el afecto de la afición han resultado baldías. Y es que la hinchada bética, que está muy escarmentada, sabe distinguir el grano de la paja y será difícil que la vuelvan a engañar como hizo Lopera, que ha abocado al club a una ruina económica bestial.
Ultradefensivo. Ayer los jugadores béticos supieron aguardar su momento ante un Córdoba ultradefensivo que complicó las cosas en la primera mitad, impidiendo a los verdiblancos que practicaran un fútbol fluido. Los de Mel, sin embargo, supieron aguardar su momento y la primera ocasión clara de la que gozaron la transformó en gol Jorge Molina (30’), que había suplido al cuarto de hora al lesionado Miguel Lopes y mejoró las prestaciones ofensivas del equipo, que acabó jugando con el tridente pese a que Mel no quiso utilizarlo desde el inicio. Tres minutos después del primer gol, Iriney hizo el 2-0 en un afortunado centro-chut que dejó a los cordobeses prácticamente sin opciones, pues su presencia en ataque, además, fue prácticamente nula.
En la segunda parte el partido estuvo más abierto, sobre todo por culpa de una desaplicación defensiva de los locales, que en un córner a favor permitieron una contra letal de los cordobeses y el 2-1 de Sesma (56’) con mucho partido aún por delante.La sombra de lo ocurrido el miércoles ante el Barcelona B –que remontó un 2-0– sobrevoló unos instantes por Heliópolis, pero en las filas cordobesas no hay la calidad que sí atesora el filial azulgrana y los béticos, además, demostraron tener la lección aprendida: supieron cerrar filas y crear mucho peligro a la contra, en especial cuando el balón pasaba por los pies de un inspirado Salva Sevilla, que sirvió a Rubén Castro (73’) el 3-1 que sentenciaba definitivamente el choque y sitúa al Betis en una situación envidiable de cara al ascenso, lo que no deja de ser un milagro con todo lo que está sucediendo alrededor del equipo.
3 - Real Betis: Goitia; Isidoro, Roversio, Dorado, Nacho; Iriney, Beñat, Salva Sevilla, Miguel Lopes (Jorge Molina, min. 18) Emana y Rubén Castro.
1- Córdoba: Raúl Navas; Gerardo, Richy, Tena, Camille; Beobide, Jorge Luque, Callejón, Arteaga; Usero y Oriol Riera.
Goles: 1-0, m.30: Molina. 2-0, m.33: Iriney. 2-1, m. 56: Sesma. 3-1, m73: Ruben Castro.
Arbitro: Lesma Lopez (madrileño). Mostró amarillas a Tena (69'), Beobide (82'), Pepe Díaz (85') y Beñat (85'), que se perderá el próximo partido por acumulación.
Escenario: unos 30.000 espectadores en el Benito Villamarín.
