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El Betis se asoma de nuevo al precipicio tras una humillante derrota en Bilbao

El Betis es un cadáver, un fantasma de equipo que parece empeñado en despeñarse a Segunda división. Ayer, ante los suplentes del Athletic, sumó una humillante derrota que le complica sobremanera la permanencia.

el 16 sep 2009 / 02:30 h.

El Betis es un cadáver, un fantasma de equipo que parece empeñado en despeñarse a Segunda división. Ayer, ante los suplentes del Athletic, sumó una humillante derrota que le complica sobremanera la permanencia.

Y el gran problema es que a los futbolistas parece darles igual, pues de otra forma no se entiende su falta de tensión en el inicio del partido y la ridícula forma de presionar en los compases finales, que los de Caparrós vivieron de forma plácida ante la falta de recursos de los verdiblancos para tratar de poner cerco y, al menos, meter algo de miedo a los locales por los aledaños de la meta de Armando.

Otra vez fue patética la puesta en escena de los béticos, que en momento alguno fueron capaces de transmitir lo mucho que se estaban jugando, nada menos que la permanencia y quién sabe si la misma supervivencia del club, que anda herido de gravedad desde hace años y al que un descenso podría suponer la mismísima defunción. Pues nada, los cachorros bilbaínos -Caparrós sólo alineó a un titular- camparon a sus anchas, sólo vieron inquietada su meta en una acción personal de Edu (17') y cobraron ventaja al filo de la media hora al aprovechar el habitual regalo de la blandísima zaga bética, que permitió a Ion Vélez (28') fusilar desde cerca a Ricardo sin ningún tipo de oposición.

Noguès, que se llevó a Bilbao a Mark González pese a que el jueves fue descartado por los médicos, optó finalmente por dejar al chileno en el banquillo, volvió a dar la titularidad a Cañas -que no merece comerse este marrón- y apostó por Damiá en la banda derecha, escorando a Edu a la izquierda y con Oliveira en punta. Lo de este último es realmente preocupante: su partido de ayer fue ruinoso y sus pies desperdiciaron las mejores ocasiones de gol verdiblancas: una clamorosa que le sirvió Emana (34') y le sacó Armando, otra que le facilitó Arzu (54') a la salida de una falta y mandó a las nubes desde el punto de penalti, y una tercera que le volvió a habilitar Emana (58') tras un buen pase en profundidad que remató muy mal.

El Betis no tuvo más remedio que coger las riendas del partido porque los bilbaínos, limitadísimos técnicamente, recularon de forma voluntaria para defender ese 1-0 que les asegura la permanencia un año más en Primera. Y además de las ocasiones de Oliveira, gozó de otra muy clara Emana (43') que resolvió de nuevo el meta Armando en un afortunado mano a mano. El cuarto de hora final de la primera parte y los diez minutos iniciales de la segunda: ese fue el único ratito que jugó el Betis y dio la impresión de poder empatar el pleito. El resto, impotencia, bochorno y vergüenza ajena. Con los cambios, Noguès no arregló nada. Emana empezó a querer hacer la guerra por su cuenta, a Edu se le fundieron definitivamente los plomos y Oliveira era el vivo reflejo de la desintegración sufrida por este equipo, que no hace mucho electrizó San Mamés -¿recuerdan el 4-4 de la 2004/05?- con un fútbol de muchos kilates y ayer pasó por el Bocho como alma que sólo espera que se la lleve el diablo.

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