Las familias desalojadas de sus viviendas por riesgo de derrumbe no podrán volver a casa "antes de tres meses" y se enfrentan a un presupuesto de 600.000 euros. Por eso, el Ayuntamiento de Camas solicitará "ayudas por catástrofe natural" a la Junta de Andalucía que subvencionen, al menos, el 80%.
Muy enfadados y tristes. Así acudieron a sus casas miembros de las 36 familias desalojadas que, escoltados por la Policía, entraron ayer a sus viviendas para recoger lo necesario para continuar viviendo fuera del bloque. "¿Pero qué es lo imprescindible para tu vida?", preguntaba Susana Román, que vive en el piso cuarto D.
A su vecino de planta se le desplomó un trozo del techo del baño la noche del viernes. "Y a mí se me están cayendo las paredes", suspira Román. Las autoridades desalojaron el bloque 2 de la urbanización Jardín Atalaya, un edificio de nueve alturas y cuatro pisos por planta que lleva años desintegrándose, según los vecinos.
Hace dos años ya fueron desalojados por un problema similar. Cada vecino pagó "más de 3.000 euros para que pusieran una especie de plancha de hormigón bajo el bloque", relata Román. Hace cuatro días, cascotes y nuevas grietas obligaron a abandonar el edificio. El informe de los técnicos desaconseja que regresen a sus viviendas.
"El problema es que por aquí antes pasaba agua, el bloque está sobre un terreno arcilloso y se está construyendo demasiado alrededor", matiza Juana Lozano, vecina del séptimo A. La solución pasa por "inyectar hormigón en los pilares del edificio para que haya menos movimiento", explica Román. Un presupuesto que asciende casi hasta los 600.000 euros, "unos 15.000 por vecino y tardarán al menos tres meses en acabar las obras", apunta Lozano.
El alcalde de Camas, Juan Pazos (IU), trató de tranquilizar a los vecinos y dijo que "hay que buscar soluciones porque ellos no tienen la culpa". De momento, aseguró que el Ayuntamiento se hará cargo del alojamiento de unas 40 personas en el hotel Vega del Rey hasta el viernes (el resto de vecinos se hospeda con familiares o amigos). Además, pidió a la Junta de Andalucía la rehabilitación "inmediata y urgente" del edificio.
Primeras medidas. En la reunión celebrada ayer entre el alcalde camero, Juan Pazos, la delegada del Gobierno de la Junta en Sevilla, Carmen Tovar, y la delegada provincial de Vivienda, Rosario Ayala, para solucionar el posible derrumbe se acordó "solicitar ayudas por catástrofe natural dentro del Plan de Rehabilitación de Viviendas de la Junta".
El mensaje tranquilizó en parte a los vecinos pero ahora se preguntan qué harán hasta entonces. "Ahora nos pagan sólo el alojamiento pero en el hotel no tenemos ni lavadora, estamos con lo puesto y cuatro cosas más", lamenta Román. "¿qué hago yo el lunes, dónde meto a mi hija y qué digo en el trabajo?", insistía.
Por su parte, Lozano explicaba que ella y su marido se han ido a vivir con un familiar. Una solución "transitoria" que esperan solucione el Ayuntamiento: "Nos han dicho que están tratando de ver cómo nos pueden ceder una vivienda durante este tiempo". De momento, han acordado reunirse con un objetivo: "Lo que queremos es que nos aseguren que el edificio no se va a caer".
