Imagen de ciudadanos chinos con máscaras tapabocas en un día de neblina. Foto: EFE.
La alerta naranja (segunda en gravedad) por polución se mantiene este sábado en Pekín, lo que obligó a cerrar o reducir actividades en más de un centenar de fábricas de la ciudad y hace que peligre al amistoso que Brasil y Argentina disputan esta noche en el Estadio Olímpico de la capital.
Aunque los meteorólogos señalaron hoy que la lluvia podría reducir los índices de contaminación a partir de esta noche, la visibilidad en Pekín y otras zonas del norte de China sigue siendo escasa, y mucha gente ha optado por pasar el día libre en su domicilio como consecuencia de la mala calidad del aire.
Siguiendo los planes de emergencia en caso de prolongada polución, también se ha ordenado detener las obras en edificios en construcción. Seis equipos de inspección han sido enviados a Pekín, la vecina Tianjin y la provincia de Hebei (que rodea a las dos anteriores) para supervisar las medidas de respuesta a la contaminación.
El seleccionador brasileño, Dunga, ya se quejó, en los entrenamientos del viernes, de los problemas de salud que la calidad del aire podrían causar a los jugadores, mientras en las redes sociales ya circulan falsos carteles del partido en el que los jugadores aparecen con mascarillas.
