Local

El Bulli de Mairena del Alcor cumple 50 años

El bar se fundó sobre una antigua zapatería que empezó a ofrecer cerveza a su clientela y acabó cambiando de negocio.

el 24 abr 2010 / 17:28 h.

TAGS:

El propietario actual escoltado por dos clientes.

Contar con un lugar de referencia donde degustar la auténtica cerveza de Sevilla con una buena conversación es un privilegio al alcance de cualquiera. Lo difícil es mantenerlo en tan alto pedestal durante 50 años, y ése es un honor que lo tiene al bar Bulli de Mairena del Alcor, que nada tiene que ver con el restaurante regentado por el cocinero de moda Ferrán Adriá. Éste es mucho más antiguo y está en pleno centro, no lejos de la antigua zona de los mesones y la posada del pueblo, que por sus pocos metros cuadrados hace prolongación en la misma acera de la calle San Fernando.

El local comenzó siendo una próspera zapatería de reparación y fabricación de calzado donde, a petición de la parroquia, se fijó como norma dispensar Cruzcampo, su seña de identidad. Su éxito fue tal que su dueño, Juan Jiménez Ponce, el mismo que aportara su remoquete del Bulli como nombre, tuvo que dejar su oficio de remendón para seguir sólo como escanciador.

Las pequeñas dimensiones del inmueble le obligaron a enfocarlo como carpanta, que es como se apela en Mairena del Alcor a las pequeños bodegas donde se dispensaban (junto a la espumosa) los vinos de la época. Unos caldos apenas acompañados por las aceitunas de los olivares de la comarca, casi siempre aderezadas por él, además de altramuces, rodajas de tomate con sal, alguna tira de bacalao en salazón o productos ibéricos. Con el tiempo vendrían los socorridos frutos secos.

De este modo, siempre con la fidelidad de sus clientes, el local apuró sus primeros 25 años hasta la jubilación del fundador y la llegada de su segundo y por el momento último regente, Antonio García Expósito, quien a lo largo de su gestión (otro cuarto de siglo) se ha mantenido fiel al origen del negocio con mínimas variaciones. Simples retoques, como colocar un televisor para ver el fútbol, sobre todo al Athletic de Bilbao, que es su pasión.

El nombre del local no obedece ni de lejos a la copia del exclusivo restaurante de Cataluña. Sería en más bien al contrario por la longeva vida de la tasca mairenera. Se debe al calificativo que el fundador emitía como aprobación a la hogaza de pan que para merendar le daba su madre y que según él estaba “muy bulli”: rica y tierna.

  • 1