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El cambio de actitud de la grada y el futuro de Rubén Castro

El delantero ya ha dicho que no le importaría jugar en Segunda, pero tiene ofertas de Primera y la hostilidad de la afición es un factor inédito hasta ahora.

el 27 abr 2014 / 23:31 h.

Rubén Castro, abatido tras el descenso del Betis el pasado sábado / Ramón Navarro Rubén Castro, abatido tras el descenso del Betis el pasado sábado / Ramón Navarro Los 16.000 béticos que acudieron al Villamarín el sábado tuvieron muy claro a quiénes culpar del fiasco que supone el descenso. Aparte de los dirigentes, los aficionados se cebaron con un nutrido grupo de futbolistas, la mayoría previsibles (Chica, Jordi, Verdú...) y otros no tanto. El mejor ejemplo es Rubén Castro, máximo goleador del equipo desde su llegada hace cuatro años e indiscutible ídolo de la hinchada durante todo este tiempo. El canario fue silbado con fuerza por la grada cuando su nombre apareció en la exposición de las alineaciones en el videomarcador y luego se repitió la protesta cada vez q ue entró en juego a lo largo del encuentro. El cambio de actitud de los béticos hacia Rubén Castro puede tener trascendencia más allá de un partido puntual. El futbolista tiene contrato y ha declarado que está dispuesto a volver a jugar en Segunda, pero para eso tendría que recortar sus emolumentos en un 40% aproximadamente. Eso ya desmotiva a cualquiera. Si encima siente que la afición ya no lo idolatra y además tiene ofertas de clubes de Primera, el desenlace es incierto.

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