El cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, bendecirá la renovada juventud monumental del Templete de la Cruz del Campo, sito en Luis Montoto, el próximo día 29 a las 20.00 horas. El humilladero ha sido rehabilitado por Heineken y estrenará aspecto e iluminación.
Para la ocasión se dispondrá una escalinata efímera al objeto de que el cardenal pueda acceder al monumento. Asimismo, en la verja que circunda al humilladero, que también tiene sus años y que carecía de puerta, se está abriendo un cancel, ya que la idea es hacer más accesible el monumento. Los miembros de la Pía Unión, la hermandad que vela por este hito, también vivirán la efeméride de modo especial.
Eso será el día 29, pero los andamios que desde el pasado mes de septiembre han abrazado el templete durante su rehabilitación ya han sido desmontados, dejando al descubierto la belleza y singularidad de un conjunto tardomedieval que ha recuperado su aspecto más primitivo y desconocido por las generaciones actuales, pues el templete con ladrillos vistos, que es como lo hemos visto hasta hace unos meses, no fue sino una invención de dos siglos atrás motivada más por criterios estéticos que históricos. Y es por esto que ahora, con el beneplácito de la Consejería de Cultura, sus hechuras se han vuelto a enfoscar con mortero de cal, lo que ayudará de paso a mejorar su conservación.
No es ésta la única novedad que ofrece el renacido templete. Antes bien, la rehabilitación costeada por Heineken Cruzcampo -la cervecera que lo tomó como icono para sus botellas- ha permitido a los restauradores dar, en la cara interior de la cúpula, con restos de una inscripción en caracteres humanísticos hasta ahora inédita, amén de la recuperación de la filacteria gótica que resume quién lo construyó, en qué fecha y demás detalles.
Igualmente, el humilladero estrenará un sistema de iluminación que realzará sus trazas, distinguiéndolo de un entorno copado por bloques construidos en su día demasiado cerca. Y para paliar el efecto dañino de los excrementos de las palomas, se han colocado pinchos en lugares estratégicos como la cruz del templete, obra de Juan Bautista Vázquez el Viejo.
