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El Cardenal de Sevilla cierra el Año Jubilar Consolación 2007

La luz de la lámpara de aceite que ha iluminado durante todo este 2007 el Año Jubilar de Utrera fue apagada ayer, con lo que se culminaba así la celebración del V Centenario de la llegada de la Virgen de Consolación.

el 14 sep 2009 / 22:06 h.

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La luz de la lámpara de aceite que ha iluminado durante todo este 2007 el Año Jubilar de Utrera fue apagada ayer, con lo que se culminaba así la celebración del V Centenario de la llegada de la Virgen de Consolación.

En un Pontifical presidido por el Cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, en el santuario de Consolación, y concelebrado una veintena de sacerdotes, el acto religioso de clausura reunió a cientos de fieles que abarrotaron el templo para dar fe su devoción a la patrona de Utrera en este año tan importante para el municipio y, que así fue reconocido por el Papa Benedicto XVI cuando concedió el Año Jubilar de Utrera.

Así, coincidiendo con la fiesta de la Sagrada Familia, la clausura de ayer sirvió para poner el broche de oro a 365 días intensos que han vuelto a manifestar la importancia que tuvo la Virgen de Consolación incluso fuera de la frontera de España.

En su homilía, el Cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, tuvo palabras de recuerdo ara la tragedia de las pasadas inundaciones acaecidas en la localidad en el mes de noviembre y, "aunque causaron muchas lágrimas en Utrera, el amor a la Virgen, ha sido un ejemplo porque la fe permanece".

Precisamente, un mensaje principal de amor lanzó Amigo Vallejo: "El amor todo o puede. Hemos cerrado un Año Jubilar pero hemos abierto las puertas a un amor nuevo que ha sido un hito, pues Dios es bueno y nuestra Madre nos cubre con su manto", dijo.

Para el Cardenal de Sevilla, la lección más grande de este año es que "la casa de la Madre está siempre abierta, y Consolación es un referente de encuentro y una devoción donde a partir de ahora, su santuario será una de las romerías y peregrinaciones más importantes de Andalucía", deseó.

Por otra parte, el cardenal hizo entrega de la medalla conmemorativa del XXV aniversario de su presencia en Sevilla al alcalde, el rector del santuario, y al comisario del V Centenario. A la hermandad de Consolación se la entregará en un acto que tendrá lugar más adelante.

En cuanto a las presencias, además de la Corporación municipal de Utrera, asistieron el coronel jefe de la base de Morón, León Antonio Machés Michavilla, en representación del Ejército del Aire; Manuel Ándres Ramos, de la ONCE; representantes religiosos y civiles de la localidad, así como los voluntarios del V Centenario; responsables de la pastoral matrimonial y de la pastoral juvenil de las vicarías de la Diócesis de Sevilla y los delegados de pastoral matrimonial y pastoral juvenil.

Si cierra, pues, un Año Jubilar en Utrera que pasará a su historia. Así, el pueblo vivió intensamente la visita del Príncipe de Asturias allá por el mes de enero para ser nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad y recibir la Medalla de Oro. En abril, la celebración del Santo Entierro Grande unió a todas las hermandades utreranas en un único recorrido por las calles de la localidad que aglutinó a miles de personas.

Pero quizás, el acto más populoso fue la novena de la Virgen de Consolación por los barrios en el mes de mayo. Cada barriada de Utrera vistió sus mejores galas y recibió a su patrona. Y así, fuegos artificiales, fiesta, toros, conferencias, celebraciones religiosas en el santuario?, un gran número de actividades que conformaron este Año Jubilar que termina en Utrera.

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