Desde que el caso Gürtel -que implica a algunos dirigentes del PP con la red corrupta de Francisco Correa- comenzó a afectar al tesorero del partido y senador por Cantabria, Luis Bárcenas, Mariano Rajoy ha evitado tomar una decisión sobre su futuro y ello ha paralizado al propio partido. Hace ya semanas que Rajoy y los principales dirigentes del PP esquivan a los periodistas.
Ayer mismo, el presidente de los populares no convocó el comité de dirección, como hace habitualmente todos los lunes; y cuando ayer se reunió con el primer ministro griego, Kostas Karamanlis, en un hotel de Madrid ni tan siquiera se anunció a la prensa la hora del encuentro.
Pero además de paralizar el partido, Rajoy también está a un paso de dividirlo tras la ofensiva emprendida por el tesorero en estos últimas días con amenazas a los líderes de la talla del ex jefe del Ejecutivo José María Aznar o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Destacados miembros del Comité de Dirección del Partido Popular vienen trasladando a su máximo responsable la necesidad de que cese de inmediato a Luis Bárcenas para atajar de raíz cualquier sospecha de que el tesorero y senador por Cantabria tenga capacidad de chantajear al partido, según aseguró ayer la Cadena SER.
Pero Mariano Rajoy aún no ha tomado ninguna decisión o al menos no ha trascendido públicamente, mientras el malestar interno continúa in crescendo.
Bárcenas siempre ha dicho que sólo presentará su dimisión cuando el Tribunal Supremo presente el suplicatorio al Senado, ayer por lo pronto abrió diligencias al hallar indicios de delito.
