Es decir, es una medida temporal mientras el Comité de Derechos y Garantías del PP decide si le sanciona. Entre tanto, el vicealcalde seguirá en su cargo en el Ayuntamiento madrileño.
El propio Cobo aceptó la decisión del órgano disciplinario al igual que su jefe en el Consistorio, Alberto Ruiz-Gallardón, quien afirmó: "Dedicarse a la política puede traer momentos duros y difíciles, y sin duda momentos ingratos" que hay que superar. El PP de Madrid, por medio de un comunicado, también acató la decisión del órgano disciplinario de los populares.
Con todo, y a la espera del castigo que reciba Cobo, la medida va en la dirección que exigía Aguirre -que pedía sancionar al vicealcalde como condición para apoyar a Rodrigo Rato como presidente de Caja Madrid-. En este sentido, la presidenta del Comité de Garantías de Madrid, Cristina Cifuentes, recordó antes de acudir al Comité Nacional: Las palabras del número dos de Gallardón han de considerarse una falta grave o muy grave.
Críticas. En cualquier caso, la suspensión cautelar de Cobo no terminó de calmar las aguas del PP, que ayer se vieron de nuevo revueltas por más cruces de reproches. La mayoría de las críticas procedieron de la dirección nacional del PP y fueron dirigidas a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, por no acudir al Comité Ejecutivo en el que Rajoy dio un golpe de autoridad a sus dirigentes. La secretaria general del partido, María Dolores De Cospedal, calificó como "error tremendo" su ausencia. "Hubiera sido, no sólo más coherente, sino más respetuoso con todo el PP que hubiera estado presente en el Comité Ejecutivo", añadió.
El responsable de Comunicación de los populares, Esteban González Pons, aunque más conciliador, dijo compartir los adjetivos de la número dos del PP acerca de Aguirre y aseguró que no se sintió "cómodo" cuando el vicealcalde tomó la palabra en el Comité Ejecutivo para insistir en sus reproches a la presidenta.
Por su parte, la portavoz popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, recomendó a Aguirre hacer examen de conciencia y valorar las consecuencias de sus actos porque "la vida da muchísimas vueltas". "Nadie, cualquiera que sea el puesto que ostente, la responsabilidad que tenga o el poder de gestión que haya acumulado puede colocar sus intereses por encima del interés de un país", sentenció la portavoz.
Otros líderes populares se dedicaron sin embargo a insistir en el mensaje de unidad y en sus llamadas a aplacar los ánimos. El presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, dijo que le resulta "inmoral" hablar de quién es el presidente de una caja de ahorros "con el paro que hay en España". El responsable del PP de Cantabria, Ignacio Diego, aplaudió el liderazgo de Mariano Rajoy, a quien a su juicio los militantes del partido deben lealtad.
Con similares términos se manifestó el líder del PP en el País Vasco, Antonio Basagoiti, en tanto que el responsable de Economía del PP, Cristóbal Montoro, declaró que todo el partido está comprometido con Rajoy.
En este contexto, tanto Rajoy como Aguirre evitaron alusiones: el primero presentó a Montoro en un foro económico y sólo habló de la crisis; la segunda alegó que llevaba zapatos planos para no hacer declaraciones. En definitiva, los ánimos en el PP siguen caldeados a pesar de que Rajoy avisó el martes de que no consentiría más "espectáculos".
La suspensión de militancia de Cobo es la segunda que ocurre en el PP en sólo seis días, después de que Ricardo Costa recibiera el mismo castigo por tratarse como secretario general del PP valenciano tras haber sido cesado por Génova. El vicealcalde aceptó ayer la decisión del partido nacional con una sonrisa forzada e insistiendo en que nunca ha faltado a la verdad. Cobo afronta la suspensión tras 23 años de militancia y con el apoyo incondicional de su alcalde, Ruiz-Gallardón.
