El pívot del Baloncesto Sevilla Willy Hernangómez realiza una entrada entre el alero griego H. Giannopoulos y el pívot Jesús Chagoyen. Foto: EFE/Lavandeira jr.
Lo único positivo que mostró ayer el CB Sevilla en Santiago de Compostela fue algo de orgullo para no volver a casa con un saco de puntos de desventaja en el equipaje. Más allá de eso, nada. Cero. El conjunto de Scott Roth fue incapaz desde el salto inicial de plantarle cara a un equipo, que, por momentos, se preocupó más de hacer espectáculo en cada posesión que del rival que tenía delante. A los cuatro minutos, cinco pérdidas de balón. Sólo un tiro en los primeros seis ataques. Alberto Corbacho, que hasta ayer sólo tenía un 28% de aciertos en el tiro de tres puntos, hundió la defensa visitantes con cuatro triples sin fallo. Sólo Willy Hernangómez se plantó a hora en el parquet. El resto de jugadores parecían fantasmas detrás de los contrarios. La diferencia fue creciendo hasta llegar a los 24 puntos. El CB Sevilla trituró en dos cuartos y medio la imagen que se había labrado en las tres últimas semanas. Fue como rebobinar la cinta y encontrar otra vez la canción desafinada de principio de curso.
Por ser optimistas, parece que Ben Woodside puede ser un jugador aprovechable por el cuerpo técnico. Bajo su batuta, el equipo pareció recuperar algo del equilibrio perdido. A medida que se adapte al equipo debe ser un extra para que el CB Sevilla vuelva a encontrar el rumbo. Alberto Corbacho con 15 puntos (cinco triples), Kleber con 14 y nueve rebotes y Pepe Pozas con 12 tantos y siete asistencias fue el núcleo duro del Río Monbús. Álex Urtasun volvió a ser el mejor del CB Sevilla con 16 tantos.
