Cultura

El centro cultural de Cajasol en Laraña quedará sin actividad desde noviembre

La fundación comunica a los programadores que el próximo mes traslada a Chicarreros los actos previstos en el edificio, que volverá a Urbanismo. Varias entidades ultiman una propuesta de uso

el 12 oct 2014 / 11:00 h.

Aunque todavía no hay fecha oficial, a partir de noviembre la Fundación Cajasol comenzará a abandonar el edificio que ocupa en la calle Laraña, el antiguo Álvarez Quintero, ahora denominado centro cultural, que lleva explotando por una cesión de Urbanismo desde 1992, a razón de unos 400.000 euros anuales. Los eventos que han hecho de este edificio municipal su sede –en especial de la sala Joaquín Turina–, como el ciclo Jueves Flamencos, el Festival de la Guitarra o la Orquesta Barroca, entre otros, ya han tenido traslado de que el cierre de etapa llegará el próximo mes, si bien esto no supondrá un punto final. La fundación heredera de la obra social de la antigua caja trasladará sus actividades a la Sala Chicarreros, en el inmueble de la Plaza de San Francisco que está llamado a convertirse en el futuro museo de Cajasol. Desde esta entidad informaban ayer a El Correo de que en próximas semanas comunicarán con detalle este cambio de ubicación, al que aún no ponen fecha exacta, así como los motivos que llevan a la mudanza. Mientras, algunos inquilinos de Laraña ya confirmaban que les ha llegado la comunicación de que a partir de noviembre se suspenden los actos. «De momento nos han dicho que se cancelan todos los compromisos que teníamos adquiridos con la Sala Joaquín Turina desde noviembre. Al Festival de Guitarra no le afectará porque se desarrolla en octubre», relata Ventura Rico, director de la Orquesta Barroca, que admite que les ha cogido «por sorpresa» y les va a generar algún problema, ya que tienen conciertos programados con entradas vendidas hasta junio de 2015. «Hemos tenido una reunión con el Ayuntamiento, que está intentando buscar una solución. Nadie se esperaba este problema. El edificio vuelve a Urbanismo, por lo que no es del Instituto de Artes y Cultura (ICAS). Sin embargo, desde esa área se está estudiando que el consistorio abra puntualmente el teatro para las actuaciones previstas», relata Rico, que llama la atención sobre «el verdadero drama» que esconde esta decisión. «Más allá de lo que pase a corto plazo, lo que no se puede consentir es que, a la vez que se está hablando de abrir espacios culturales, se pierda este centro», añade a preguntas de este medio. Cajasol está apostando por enviar sus actividades a Chicarreros, en Plaza de San Francisco. Sin embargo, la Barroca ha rechazado esta oferta, puesto que este espacio no tiene ni tanto aforo como el de Laraña –unas 300 butacas frente a 450– ni está equipado técnicamente como el otro. Otra actividad que se verá afectada será el ciclo de los Jueves Flamencos, cuyo director, Manuel Herrera, todavía no sabe exactamente cuándo abandonará el antiguo Álvarez Quintero. «Yo sé que habrá que irse, pero no creo que suponga un problema para nuestra programación, que está anunciada hasta diciembre y cuenta con el respaldo de Cajasol», comenta. «Imagino que nos trasladaremos a Chicarreros, que supongo que se adaptará, si no lo está ya», apunta. A su juicio, ese nuevo espacio sería «apto» para los montajes de su ciclo. En cualquier caso, Herrera mostró su tranquilidad. Mientras, la Barroca, junto a cerca de diez entidades, como el Festival de Guitarra o agrupaciones musicales, están confeccionando una propuesta de explotación de la sala. No obstante, son conscientes de que sin el concurso municipal será imposible para poder correr con los gastos de este teatro, cuyo cierre se acerca. DUDA MUNICIPAL. El Ayuntamiento, que ayer no quiso hacer comentarios sobre este asunto, ya se refirió recientemente al futuro del antiguo Álvarez Quintero. La concejal de Cultura, Mar Sánchez Estrella, llegó a decir que Urbanismo verificaría si Cajasol podía marcharse de manera unilateral o, en su caso, negociar la salida de la entidad de ese espacio. En cualquier caso, no parece que el consistorio tenga planes claros para este inmueble. Mientras la oposición (PSOE) le reclama que asuma la gestión directa del espacio –salas de teatro y de exposiciones–, el coste económico también pesa en Urbanismo. Al margen del canon de 400.000 euros que no ingresará, los gastos de mantenimiento serían considerables.  

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