Economía

El cerdo intruso ‘se come’ al ibérico

La Norma de Calidad está permitiendo que se pierda la raza porcina tradicional.

el 14 abr 2010 / 20:16 h.

La superproducción de jamón ibérico trae de cabeza a ganaderos e industrias cárnicas de Huelva, que denuncian la saturación de los mercados de unos cerdos criados de modo intensivo fuera de las dehesas andaluzas y extremeñas y que, catalogados como ibéricos, están haciendo peligrar la pureza de la raza porcina tradicional.

El origen de la crisis de este sector se encuentra ni más ni menos en la ley que lo regula, que por ser permisiva con los productos del mercado elaborados en muy distintas zonas rurales nacionales e internacionales, "está autorizando una competencia absolutamente desleal".

Así, la Norma de Calidad de 2007 es, desde su aprobación, el enemigo principal de las pequeñas industrias cárnicas y los ganaderos extensivos, que alertaron ayer de esta situación a través de las organizaciones Asaja Huelva y Aice (Asociación de Industrias de la Carne de Huelva).

Se trata de una normativa que nació en 2001 para preservar precisamente los productos derivados del cerdo ibérico y la dehesa, si bien se modificó en 2007 el preámbulo que regulaba la protección de dicha raza, "debido a las presiones alentadas por otros intereses", según denunciaron el presidente de Asaja Huelva, José Luis García Palacios, y el presidente de Aice, Antonio Carrasco.

El daño que causa la norma de calidad viene dado porque en los productos realmente procedentes del cerdo ibérico se ha tenido que colocar la coletilla ‘puro' para distinguirlo del que es denominado ‘ibérico', a pesar de provenir de cerdos cruzados con otros de raza precoz, "para así aprovechar el prestigio del verdadero procedente de la dehesa".

Esa diferencia en la calidad de ambos productos está "confundiendo a los consumidores, porque el que compra foie gras sabe que tiene más grasas que el foie y no se le puede llamar igual".

Las organizaciones afirman que "se puede convivir perfectamente con la industria del jamón blanco pero el apellido no lo debe llevar el ibérico".

Pero no es sólo cuestión de un apellido, ya que la producción natural, la selección de la raza y la alimentación de aquellos animales criados tradicionalmente en unas dehesas que no se conciben sin el cerdo -ni al contrario-, se están viendo mermadas por la superproducción de un cerdo intruso, virtual".

Dicha saturación del mercado viene demostrada por los cinco millones de cerdos que se producen hoy en día frente al millón y medio de hace sólo seis años. De esos cinco millones actuales sólo el 23,64% son extensivos (bellota, recebo y pienso extensivo) y sólo el 12,5% son puros. Además, en 2009 y 2010 el precio del jamón de cebo se ha visto reducido en un 50%.

Ante esto, los que viven del cerdo ibérico temen que esta tradición medioambiental, económica y también social, "emblema de la gastronomía española", desaparezca.

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