Cultura

«El cine frivoliza con la guerrilla»

El director colombiano Sergio Cabrera considera que el tema del secuestro y la violencia de la guerrilla en Colombia se han convertido en "una especie de feria", un "evento mediático" que ha dejado de tratarse con el cuidado que exige un drama de esas características. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 17:03 h.

El director colombiano Sergio Cabrera considera que el tema del secuestro y la violencia de la guerrilla en Colombia se han convertido en "una especie de feria", un "evento mediático" que ha dejado de tratarse con el cuidado que exige un drama de esas características.

El cineasta colombiano, en una entrevista con la agencia Efe, se ha mostrado en desacuerdo con la idea de transformar este tipo de hechos en espectáculos, pues se trata de situaciones "que exigen ser tratadas con el mayor de los respetos".

Aunque opina que la imagen internacional de Colombia está distorsionada por una mirada sensacionalista de los medios de comunicación, el cineasta se muestra convencido de que el cine ha mejorado la idea que la gente tiene en el extranjero sobre el país. "Por lo menos ahora es un país que existe y en los últimos años ha empezado a existir cada vez más, entre otras cosas por muchos problemas (narcotráfico, violencia, problemas políticos, corrupción), pero es un país que, en medio de todos esos conflictos, ha demostrado que tiene gente entusiasta y que es capaz de luchar contra ellos", ha explicado el director de cine.

Si bien piensa que tanto el cine como la literatura reflejan la sociedad de donde surgen, dice que las películas no deben ser "una postal" de cada país, pues "para eso están las corporaciones de turismo y los libros de paisajes".

Cabrera ve en El Quijote uno de los modelos más seguidos por los narradores de todos los tiempos, ya que se trata de una obra capaz de trazar un retrato de la sociedad española de la época mostrando sus defectos y virtudes.

Heredero de una formación marxista-leninista y de una educación secundaria comunista en China, Cabrera llegó a militar en el ELN, de donde salió al darse cuenta de que su proyecto revolucionario "fracasó estrepitosamente" y de que "las ideologías siempre terminan por beneficiar al dueño de esa ideología". Esa convicción fue la base de su segundo largometraje, La estrategia del caracol (1993), considerada una de sus obras más importantes del cine colombiano.

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