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El Circo de los Horrores regresa al barrio de Los Remedios en Sevilla con 'Manicomio'

Podrá verse del 14 al 24 de febrero. Hay entradas a la venta a partir de 10 euros. El montaje, no exento de polémica, no es apto para menores de 8 años

el 24 ene 2013 / 21:14 h.

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Tiñeron de negro la Navidad de 2011, y piensan regresar el 14 de febrero -perturbando al apacible San Valentín- con Manicomio, la nueva propuesta del Circo de los Horrores, que permanecerá en Sevilla hasta el domingo 24 del citado mes. Las entradas, ya a la venta en la web de la compañía (www.circodeloshorrores.com), tienen unos precios que oscilan entre los 38 y los 15 euros, aunque existen numerosos descuentos que hacen bajar considerablemente el precio de cada butaca.

Ambientado en un antiguo hospital mental de finales del siglo XIX, el nuevo montaje se desarrollará en la carpa negra que ya es enseña de la compañía, y que volverá a instalarse junto al puente de Los Remedios. El montaje, que fusiona elementos del teatro de vanguardia, el circo contemporáneo y el cabaret, promete, según sus creadores ser "más tenebroso" que el anterior, un recinto en el que "la locura no tendrá límites", anuncian con claro guiño comercial a los amantes de las emociones fuertes.

Después de hacer temporada en Madrid y tras haber recorrido otras ciudades españoles, el Circo de los Horrores tematiza su segundo asalto con un montaje en el que conviven "excéntricos y resignados mortales con peligrosos asesinos que esperan el fatal desenlace en la silla eléctrica", explica el director y Nosferatu de la troupe, Suso Silva, un mimo gallego de amplia trayectoria que ha encontrado en el horror su espacio propio desde el que atraer a públicos de todas las edades.

Manicomio es un espectáculo circense de dos horas a cuya pista se asoman acróbatas con cara de pocos amigos, inestables enfermeras, ilusionistas chiflados, payasos con humor muy negro y equilibristas poseídos. "En realidad esta obra trata de explicar que todos los actores somos un poco bipolares, que tenemos dos personalidades: la nuestra, la que nos llevamos a casa, y la del personaje que estamos interpretando, y lo que intentamos es enseñar al público quién hay debajo de cada uno de los personajes", explica Silva, quien está en posesión del Premio Nacional de Circo.

"Este género necesita renovarse, captar a la gente joven, a los veinteañeros y al público que no va al circo. Hay que quitarle la caspa y actualizarlo. Lo importante es contar una historia y poner a buenos artistas, actores, bailarines, cantantes y luminotecnia al servicio del espectáculo", continúa diciendo. Por eso, con una singular fusión en la que cabe el Circo del Sol y la sempiterna mansión del terror de la Calle del Infierno, la compañía gallega, que se consagra con este segundo montaje, ya ha llevado su propuesta a otras latitudes con idéntico éxito.

No exento de cierta polémica, ya que algunas organizaciones han criticado que Manicomio "se mofa de los enfermos mentales", la obra, que no está recomendada para menores de ocho años, invoca una de las escenografías más clásicas del cine de horror, la del sanatorio para enfermos, y en todo caso, como dicen sus responsables, "todo ha de entenderse en el contexto de un montaje de humor terrorífico"

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