La ONU afronta mañana la Cumbre Climática de Cancún (COP16) convencida de que la voz de todos los países debe tener cabida y poder participar en unas negociaciones sobre las cuales hay posturas más próximas en algunos asuntos, pero faltan los acuerdos.
"Yo soy la primera en reconocer que desafortunadamente en Copenhague hubo muchos atropellos al proceso" de negociación de acuerdos, y ello "incita a ciertas partes a no querer colaborar" en la búsqueda de soluciones, explica la costarricense Christiana Figueres.
La alta funcionaria de la ONU, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático ha felicitado a México por haber negociado este año con gobiernos de casi todo el mundo con "suma transparencia e inclusividad". "La verdad es que el tono ha cambiado", de la desconfianza que primó en Copenhague a una relación de más concordia ante la cita de Cancún.
Figueres confía en que ahora sí tengan cabida posturas como la de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), un bloque que no reconoció el acuerdo adoptado en la cumbre de Copenhague porque fue elaborado a última hora por un grupo de países. "Por supuesto que los países del ALBA tienen su posición política, como la tienen muchos otros, pero no hay una actitud como la que vimos en Copenhague puesto que ellos no están siendo enfrentados con las puertas cerradas", agrega.
Tanto la ONU como las delegaciones de los 194 países que asistirán a la cumbre se enfrentan al difícil reto de lograr unos objetivos comunes para combatir ese problema y evitar que se repita un fracaso como el de Copenhague en 2009. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y Christiana Figueres, dirigirán estas negociaciones que comenzarán mañana y se prevé que finalicen el 10 de diciembre, y deberán asegurarse de que los compromisos que de ahí salgan se transformen en acciones concretas.
La percepción de la ONU, según afirmó esta semana el secretario general adjunto de Naciones Unidas, Robert Orr, es que en Cancún "se pueden conseguir avances considerables, lo que no quiere decir que esperamos que se resuelvan todos los asuntos".
problema chino. Uno de los granes escollos a negociar será la contaminación china, un país cuyo Gobierno admitió el pasado martes que es el mayor emisor de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global, pero defendió su derecho a mantener el crecimiento de sus emisiones.
Científicos y expertos internacionales afirman que en 2006-2007 China superó a Estados Unidos como el mayor emisor de gases de efecto invernadero. Pero hasta ahora, el Gobierno de Pekín se ha mostrado evasivo.
La elevada contaminación que se da en Estados Unidos, por su parte, también será un escollo mayor si cabe dado que el Gobierno acudirá a la cumbre con menos posibilidades de sellar un acuerdo para combatir el calentamiento global tras la victoria del partido republicano en el Congreso.
Washington busca un tratado que comprometa a todas las potencias a reducir sus emisiones de gases contaminantes y apoya la rápida financiación a los países no desarrollados para obtener la tecnología necesaria para confrontar el calentamiento global y llegar a una reducción significativa de la deforestación en áreas como el Amazonas. Además, Estados Unidos está en el punto de mira de todas las negociaciones que se producen, ya que, a pesar de ser el primer contaminante global per cápita, es el único país industrializado que no ha suscrito el Protocolo de Kioto, ratificado hasta la fecha por 163 países.
