Según informó ayer RNE, ETA continúa chantajeando a los empresarios vascos y navarros para obtener financiación -tal y como denunciaron recientemente los presidentes de la patronal de Euskadi y Navarra-, a la vez que continúa entrenando a terroristas y robando automóviles en la vecina Francia.
Batasuna exigió recientemente a la banda terrorista el abandono unilateral y sin condiciones del terror, lo que ha desatado las especulaciones de que ETA podría emitir un nuevo comunicado accediendo, al menos en parte, a la exigencia del partido. Los movimientos en el entorno abertzale así como las declaraciones de algunos miembros del Gobierno han acrecentado la incertidumbre en las últimas semanas.
No obstante, ETA tiene sus propias condiciones para anunciar un alto el fuego permanente: exige la legalización de Batasuna antes de los comicios del próximo 22 de mayo. Televisión Española (TVE) informó ayer de que la intención de la nueva Batasuna es presentarse en todos los ayuntamientos vascos en las próximas elecciones municipales... aunque el plan es hacerlo en coalición. Sus socios en este proyecto serían Eusko Alkartasuna y otras fuerzas vascas como Alternatiba, el llamado polo soberanista, el mismo que este sábado reapareció para reclamar la implicación de Navarra, de sus agentes políticos, sociales, sindicales e institucionales para la paz y normalización.
La condición de ETA. Éste es el plan A que la izquierda abertzale maneja. Ya que la legalización de Batasuna es la condición que ha puesto ETA a los mediadores internacionales para proclamar un alto el fuego permanente. Según TVE, los abertzales tienen a día de hoy el compromiso de la banda de que responderá afirmativamente a su petición de alto el fuego unilateral, permanente e indefinido; pero a cambio exige movimientos del Gobierno en favor de la legalización.
Esta noticia coincide con la trascendencia a la opinión pública del denominado plan B de Batasuna: este pasado domingo Europa Press informó de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detectado en municipios del País Vasco los primeros pasos de la izquierda abertzale para la creación de una red de agrupaciones de electores ante las elecciones del 22-M.
Sobre esta situación el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, afirmó que su partido "sospecha" y "trabaja" con la hipótesis, a su juicio "más que probable", de que ETA no esté dispuesta a cesar en su actividad terrorista. En declaraciones a RNE en el País Vasco, recogidas por Efe, Urkullu dijo que "no es fácil cerrar la persiana después de 51 años de historia, creando sufrimiento, muerte y dolor y no consiguiendo nada, ni siquiera en sus supuestos fines políticos".
También el ministro de Educación, Ángel Gabilondo, opinó que no hay que dejar de hablar de ETA, aunque sí hacerlo con "mucha responsabilidad, prudencia, mesura y claridad", como se está haciendo, y manifestó que lo que no se debe es "hablar de fechas, generar estados de ánimo o abrir expectativas". Gabilondo parafraseando al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, resumió que hay dos mensajes contundentes: que ETA abandone definitivamente las armas y que el mundo de su entorno abandone "absolutamente" a ETA.
